(5)…. mitad del camino (piénsese que los caminos se suelen bifurcar por algún motivo) detrás de unas retamas. Todo el capo estaba callado, antes que las “cogutas” empezasen a piar y de ir de acá para allá; cuando detrás de él (no decimos detrás suyo) oyó un par de resoplidos, seguidos de un sonoro: ¡Aaahuuuuhhhh…!, suficiente para darle un soponcio y a duras penas, porque estaba un poco gordo,. Subió a la carreta camino del médico. Nos hemos desviado otra vez, sin contar, relatar o narrar lo que... Este juego infantil del lobo y las ovejas fue popular cuando íbamos a la escuela.