RECUERDOS.
Una tarde de primavera subí con mi madre andando al santuario tendría yo 16-17 años, cuando llegamos había muy poca gente, estaba la misa y nos quedamos a escucharla. Cuando salimos estaba todo muy oscuro, se había preparado una impresionante tormenta. No podíamos esperar, posiblemente si lo hacíamos perderíamos el autobús que nos llevaría a Membrío. Mi madre y yo comenzamos a bajar siendo conscientes de que toda aquella agua nos caería encima. Pero no fue así, a los pocos metros paró...