Para casa con los pies mojados. Esto ocurría todos los días llegando el invierno y es que el obrero al terminar el trabajo en el campo regresaba a casa montado en la burrita arropado con una manta.
¡Jesús, Jesús........... si algunos SANTOS no han llegado a la Gloria aquello estará vacio! Al final meterá las patas en el charco y para casa con los pies mojados.