¡Qué tardes de domingo en la Comarcá! Hiciese frío o calor era el punto de encuentro de muchos
amigos. Con que pena la miré, cuando tuve que irme del
pueblo y cómo, a día de hoy, me sigue llenando de alegría cuando voy, de tarde en tarde, y la diviso desde la
carretera. Cual fiel membrillera sigue en pie guardando muchos de nuestros recuerdos. Un abrazo