PARDAL, tu
amiga Pelucha siempre fue más espabilada que yo y te identificó con el primer
mensaje que pusiste y eso que participas poco. Me alegra muchísimo saber que eres tú y ambos te damos un fuerte abrazo. La Pelucha me dice, con lágrimas en los ojos, que añada, parafraseando a Miguel Hernández: “compañera del alma, tan temprano” (Con nueve años la acogisteis en vuestra
casa en un día triste para ella y con el
juego tratabais de apagar, también, el sonido triste de las
campanas...).
UN ABRAZO.