DOÑA INÉS:
No sé: desde que le vi,
Brígida mía, y su nombre
me dijiste, tengo a ese hombre
siempre delante de mí.
Por doquiera me distraigo
con su agradable recuerdo,
y si un instante le pierdo,
en su recuerdo recaigo.
No sé qué fascinación
en mis sentidos ejerce,
que siempre hacia él se me tuerce
la mente y el corazón:
y aquí y en el oratorio
y en todas partes advierto
que el pensamiento divierto
con la imagen de Tenorio.
PD. Esta es la temporada típica del tenorio, tiempo de los SANTOS DIFUNTOS y soy muy del tenorio, saludos PC
No sé: desde que le vi,
Brígida mía, y su nombre
me dijiste, tengo a ese hombre
siempre delante de mí.
Por doquiera me distraigo
con su agradable recuerdo,
y si un instante le pierdo,
en su recuerdo recaigo.
No sé qué fascinación
en mis sentidos ejerce,
que siempre hacia él se me tuerce
la mente y el corazón:
y aquí y en el oratorio
y en todas partes advierto
que el pensamiento divierto
con la imagen de Tenorio.
PD. Esta es la temporada típica del tenorio, tiempo de los SANTOS DIFUNTOS y soy muy del tenorio, saludos PC