
ESTA MUCHACHINA TIENE PREMIO.
Esto del premio, se lo he aprendio a chengue, y quien lo acierte tambien tendra algun producto de la tierra, y la entrega ya se dira en su momento.
Pinaryencina sigue cabilando, y los demas tambien. AH la que no puede concursar es la coguta, por que en caso de acierto lo mismo se piensa que tiene ventaja, ¿sabeis porque verdad? pu`e ala a cabilar
Esto del premio, se lo he aprendio a chengue, y quien lo acierte tambien tendra algun producto de la tierra, y la entrega ya se dira en su momento.
Pinaryencina sigue cabilando, y los demas tambien. AH la que no puede concursar es la coguta, por que en caso de acierto lo mismo se piensa que tiene ventaja, ¿sabeis porque verdad? pu`e ala a cabilar
Remella, me alegré mucho al saber quien eras. Tu sabes que quería mucho a tu madre. No te contó nunca lo del cocido negro?.
Iba a mi casa a blanquear la cocina, que mis padres tenían con lumbre para curar la chacina; en esta lumbre siempre estaban la olla campaña para tener agua caliente, la olla del café que estaba todo el día recalentandose, y el cocido desde primera hora. Un día mi abuela en vez de echar agua de la olla, se confundió y echo el café. Asi que comimos un cocido negro, negro, es un recuerdo que se queda grabado y cuantas veces lo hemos hablado.
También me gustaría recordar al Tio Casetas, que ayudaba a mi padre y cuando me mandaban a un recao, debía tardar mucho y siempre me decía " Fortunina, cuando me vaya a morir te voy a mandar a buscar la muerte" Me hizo un banco de corcho que aún está en mi casa. Al pobre no le dió tiempo mandarme a por su muerte, se murió muy pronto.
Y una señora que yo la recuerdo muy viejita, la señora Mariquina, vecina de El Baleares, que iba a las 6.00 de la mañana a buscar la mitad de cuarto de carne y una mondoga para arrimar el puchero. Creo que era de Arroyo.
Iba a mi casa a blanquear la cocina, que mis padres tenían con lumbre para curar la chacina; en esta lumbre siempre estaban la olla campaña para tener agua caliente, la olla del café que estaba todo el día recalentandose, y el cocido desde primera hora. Un día mi abuela en vez de echar agua de la olla, se confundió y echo el café. Asi que comimos un cocido negro, negro, es un recuerdo que se queda grabado y cuantas veces lo hemos hablado.
También me gustaría recordar al Tio Casetas, que ayudaba a mi padre y cuando me mandaban a un recao, debía tardar mucho y siempre me decía " Fortunina, cuando me vaya a morir te voy a mandar a buscar la muerte" Me hizo un banco de corcho que aún está en mi casa. Al pobre no le dió tiempo mandarme a por su muerte, se murió muy pronto.
Y una señora que yo la recuerdo muy viejita, la señora Mariquina, vecina de El Baleares, que iba a las 6.00 de la mañana a buscar la mitad de cuarto de carne y una mondoga para arrimar el puchero. Creo que era de Arroyo.