MEMBRIO: Coguta, no paro de reirme, pero bueno, hay que seguir....

Invitación virtual: Le han salido a mi esposa, los mantecaos membrilleros riquísimos, con manteca de la matanza del cochino en casa de mi tío V...
Os invito a todos los forer@s a tomar un café con un mantecao.
Saludos

Los mantecaos: no puedo prendaaaa.. Hace años que no como bollos de chicharrón; me encantaban. Membrío tuvo una gran tradición de dulces. Mi madre y sus hermanas siempre fueron muy dulceras y a la mínima ya estaba lleno el baño albedriao de aquellos exquisitos manjares; yo, como era un poco golosete, con el deo rebañando.- Las mujeres haciendo dulces, otro rito.

CHENGUE, mi madre en parra solia hacer rosquillas pa los carnavales, las hacia en un baño albedriao, y yo eso de rebañarlo con el deo mira que me gustaba. Os voy a conta una cosa ahora que no nos oye nadie, ya sabes tú por tu tío vallejo, que los hombres cuando se levantaban por las mañanas, mientras encencia la lumbre tenian costumbre de tomarse una copita de aguardiente, mi madre la tenía en la cornisa, yo un día la prove, chacho, como estaba tan dulce... pos me empique a dar un sorbo de la botella tó los días, hasta que mi madre un dia le dice a mi padre, Valeriano ¿pos cuanta aguardiente te bebes?, mi padre le dice, pos una copina, así que como vi que mi madre se había dao cuenta, al día siguiente, cuando fui a beber otro sorbo, coji y le heche una miaja de agua, la que lie, se quedo to asi como cano, como blanquecino, así que como vi que se iba a descrubi el pastel, pos coji, y tire la botella al suelo pa que se rompiera, el escobazo que me dió mi madre no me lo quito nadie, pero por lo menos no se enteraron de que la aguardiente me la estaba pinflando yo.

Coguta, no paro de reirme, pero bueno, hay que seguir. Esto me recuerda un día en la calle de la trasera de mi tía pura que el tío Lino (q. e. p. d.) estaba haciendo obra en el tejado; el tenía un mueble bar abajo, según se entra, y en el había una botella de anís; la cuestión es que (el, allí en el pozo salorino, nos lo contaba), ¡chacho!, veo a fulanito (el albañil) que se va a casa como si estuviera mosca y, la cuestión, es que no ha ido al bar, así un día tras otro; ¡ah, coño, que pájaro!, se había empicao a la botella de anís del mueble bar.. Me meaba cuando lo contaba.-Cosas de Membrío.