No te identifico, de lo que dices del conejo que se caía de espalda, recuerdo que seria en la
cuadra enfrente de la
casa de la tía Viginia, que nos reíamos cuando se caían de espaldas, cuando el joio se quedaba satisfecho.
O bien en el tinao del manantio, que alli tuve yo conejos, que ninguno pasaba el
verano, se morian todos con la cabeza hinchada.
TE RECUERDO QUE TIENES QUE DAR EL
SANTO Y SEÑA Y CONTRASEÑA A MI PRIMO.
Saludos