Amigo pisaera, el vigor declina, pero la idea que anima el ánima, noto que la conservas y la defiendes con la convicción profunda de lo que "quedó" en tí, despueés de haber sufrido "mil fracasos", como ¡casi todo hijo de vecino!. No quiero redundar en mi reconocimiento, pero... permíteme que te mande un abrazo.
Amigo pisaera, cuando te hablo de "mil fracasos", me refiero a situaciones complicadas, aquello de que "las caidas enseñan al jinete", o se aprende más de los fracasos que de los éxitos, cosa que nos ha pasado a todos. Un abrazo.