¡Qué monina, Amapola! Lo de monina, en la acepción más noble de la palabra; no te venga el mosqueo por lo de mi especialidad con los primates. Esa imagen, debe de tener su historia, porque cambian los personajes, pero sigue ahí. ¡Cómo cambian las cosas, verdad! Era un acto solemne, lo de la foto. Ya tengo ganas de conocerte; bueno, y a otros tantos que no conozco. Llevaré unas aceitunas del amor que, antes, las probaré, no sea que no estén a la altura del acto. Lo peor que llevo son los regalos; porque si regalo ropa interior femenina y le toca al Obispo, tenemos un problema. Aunque me consta que, con tal de satisfacerme, sería capaz de ponérsela. Un beso. PC