Lorenzo, Loren, te llámabamos a veces, escribes: "... a trancas y barrancas voy sacando la historia, es de agradecer lo que contáis...". Un retazo más del doloroso día del entierro, no sé si tú lo recordarás, teníamos 9 años. Fue en una mañana soleada, estábamos en la clase de D. Ricardo, ya en las escuelas nuevas. Amigos del Patrimonio apuntó que fue el curso cuando nos cambiamos a ellas. Tú fuiste esa mañana a clase, al sonar las campanas D. Ricardo me dijo, "Dale la mano a Lorenzo y salid los primeros". Largas filas de niñas y niños, organizadas por clases comenzó a caminar hacia la Iglesia, todos con el agrio "nudo en la garganta". De vez en cuando te miraba, llevabas el dolor con serenidad, pero, recuerdo perfectamente, y lo recuerdo porque desde entonces lo he revivido con frecuencia, cuando llegamos al actual Ayuntamiento y divisamos La Plaza abarrotada de gente tu gesto cambió. Al llegar a la Iglesia te recogió, creo que fue tu tía Juana, la madre de Carlos. En fin, ¡tristes recuerdos, de unos tristes días!. Saludos amigo.