MAESTRO Baleares, de nuevo te tengo que felicitar. Tu relato no puede haber quedado mejor. ¡Y de qué forma lo finiquitas! No hay ningún desperdicio en él (aunque por el tema pueda parecer lo contrario). Demuestras cómo ya entonces había ecologistas, aunque esa palabra fuese desconocida por sus protagonistas. Has hecho recordar vivencias de la niñez, que cuesta creerlas a las nuevas generaciones, pero que forman parte del currículum de las nuestras. Eres un fenómeno. Un abrazo