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MEMBRIO: Hola FÍNFANO, PISAERA, PC, CHENGUE, ARR ….. me agrada...

Este último lienzo de pared, es lo que queda de aquél mítico "huerto de los Señores", que servía como ninguno (entre otras cosas y algunos más) de water retrete, excusado municipal cuando se carecía de agua corriente, por su altura y cercanía cuando las necesidades apretaban. En el "huerto de La Era" el otro water de mejores vistas, ya se ha empezado a edificar. La pregunta: ¿es patrimonio para conservarlo? SALUDOS.

BUENOS Y DESCARGADOS DÍAS A TODAS Y A TODOS

¡Que permanezca en pié!

Mi opinión es que se ha de conservar. Posiblemente algunos de sus huecos de esta vieja pared de piedra guarden trozos de papel sobrante de los celtas cortos o ideales, que encontrábamos de camino cuando íbamos apresuraos a consumar y dejar constancia de la visita a nuestro socorrido “Huerto de los Señores”. También solíamos decir: ¡Voy al cerro!

¡La pared se las traía! y dependiendo de la intensidad del apretón y de la plasticidad de la materia que transportabas, con un simple movimiento de alzar una pierna podría ser suficiente para consumar la acción en los calzones. Cuando alzabas la segunda pierna, para proseguir la escalada, ya te daba lo mismo avanzar que retroceder, sencillamente te habías cagao sin remedio, y tú ahí medio encaramao con cara de circunstancia, asomando la gaita en el huerto para ver como estaba el panorama.

Sabemos que la falta de papel era un mal menor y no suponía un problema, las lanchas y las malvas nos hacían el apaño, aunque con frecuencia las primeras las encontrábamos algo usadas; solíamos coger las de antesdeayer, porque las moscas se habían encargado de hacerle una pequeña limpia, al menos por una de las caras. Todos teníamos esa necesidad y muchos éramos los que acudíamos al mismo sitio.

Así fue como nació en mí la concepción innata de la sostenibilidad por el planeta y el equilibrio natural de los recursos del entorno que actualmente intento practicar en mi vida cotidiana. Aprendí a compartir, a reciclar, a reutilizar los productos naturales regenerados por la propia naturaleza y a utilizar productos biodegradables capaces de no contaminar, y todo ello sin gastar ni una gotita de agua.

No quisiera despedirme de este asunto sin hacer una mención expresa y nostálgica a las ortigas, que crecían entre las malvas y entre alguna que otra tomatera, con frecuencia te jugaban una mala pasada. También a las moscas verdes que siempre merodeaban por allí y que se encargaban de la depuración y del reciclado de la materia. Y, cómo no, al calorcito humeante de la deposición en las madrugadas de los días de helada; cuando había más de una era un auténtico espectáculo ver puntitos humeantes salidos de la tierra creando un entorno único de actividad geotérmica inigualable. También al cinturón sobre el cuello, al cigarrillo en la boca, al andar de puntilla por el terreno y al aprender a compartir lo más íntimo.

Amigos foreros, cagar es un arte y sobre todo un placer, pero haberlo hecho en el Huerto de los Señores es el súmmum, hasta metafóricamente hablando. Por todo ello pido que se conserve esta pared.

¡Que permanezca en pié!

De los placeres sin pagar
el más dulce es cagar.
Con un periódico extendido
y un cigarrillo encendido
queda el culo complacido
y la mierda en su lugar.
......

QUE TENGÁIS UN BUEN DÍA

PARA BALEARES, POR SU EMPEÑO.

¡Y vuelta la burra al trigo!: ¿no tenías bastante con el pasaje de las escuelas de los cagones? En este caso, se ve que te emocionas cuando escribes: ¿no estarías en la taza? Lo tuyo es una obsesión; pero bueno, “quod scripsi, scripsi” (lo escrito, escrito está) y, a mí, me haces entrar al trapo en temas que pertenecen a la gloria personal.

Cada mochuelo a su nido y, en este sentido, los cagaeros, los muladares, los pozos, los paseos, etc, tenían los destinatarios de su barrio; nosotros, los del oeste, la Nora y la calleja del cementerio. En ellos cada uno tenía su apostadero. La Nora, era como la Gran Via y sus depósitos, por su tamaño, forma, y variedad, delataban a sus autores; al ser una zona muy transitada por el agua, no había suelo y, por tanto, ni se criaban las malvas, ni las ortigas; era zona asombrada, pocas moscas; en fín, un sitio aseado, como debe ser (no como otros….). Yo revindico para la Nora, las TRES ESTRELLAS MICHELÍN.

Has empleado un juego tan imaginativo que me he creído por momentos que estabas hablando de una dulcería. Además, has inmortalizado un lugar defenestrado hasta por el propio Jabato; está claro que no te conocía.

Un abrazo

Hola FÍNFANO, PISAERA, PC, CHENGUE, ARR ….. me agrada saber que os ha gustado el relato que encierra la pared del Huerto de los Señores y que os ha despertado los recuerdos fisiológicos vividos en el antaño. Si ello os libera del estreñimiento, no está mal empleado.

CHEGUE. Bien es cierto que cada uno marcaba su zona de dominio dentro de su radio de acción, que podía alargarse más o menos en función de la intensidad del apretón. A veces no te daba tiempo y lo hacías allí mismo, otras veces te alejabas un poquito más para “hacer ganas”. Me imagino al pueblo de entonces, con más habitantes que ahora, visto desde arriba como una auténtica eclosión (nunca mejor dicho lo de “poner un huevo”); una eclosión radiante de puntitos móviles que se dispersaban del núcleo, y sobre lo que está basada la teoría del Big Bang del universo, que encierra la transformación y la expansión de la materia. La hora del día, la climatología del momento, la timidez de la persona, todos ellos eran factores que influían a la hora de tomar la sublime decisión de la bajada de los pantalones, de la que por otra parte pienso, que es el único acto honroso por el que se debe tomar una decisión de ese tipo ¡sólo hay que bajarse los pantalones pa cagá!

El Huerto de los Señores, y El Cerro en general, pienso que son los más representativos, sin que ello suponga desmerecer al resto de los puntos que estratégicamente estaban diseminados por nuestro querido pueblo. Pienso que el continuo y variado trasiego de sus visitantes así lo corroboraban. No hay que olvidarse que era la válvula de escape de todos aquellos que apuraban las horas de la mañana, tarde y noche, en los bares de la Plaza bebiendo vino o cerveza. Es por todos sabido que la meada suele venir acompañada de un “pedete de reconocimiento” y el saltar la pared del huerto sólo era cuestión de tiempo, si no caía en la primera, caía en alguna de las siguientes. ¡Ay, si nos contase la, que es ahora, calle Soga de la Campana! (travesía que va desde el andén de la Plaza hasta El Cerro). En la esquina está el Bar de Fortuna, que dependiendo de quien lo regentara fue conocido por diferentes nombres (“Bar del Portugués”, después “Bar de Prim”, creo que anteriormente “Bar del tío Isaac”). Ese era uno de los puntos claves desde donde más de uno salía escopetao por la puerta de atrás, que siempre estaba abierta para esos menesteres.

AMIGO CHENGUE, la Nora no está mal, así como las zonas sombrías de los regatos por la autolimpieza natural en los días de lluvia, pero imitando el estribillo de “La Hoguera” de Javier Khae,

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
El Cerro, El Cerro, El Cerro.
El Cerro tiene, qué sé yo,
que sólo lo tiene El Cerro.

SALUDOS
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
BALEARES. SUBLIME! Las niñas no pasabamos por el Cerro porque casi siempre el huerto de lso señores estaba ocupado por "culitos" que se veian a través del portillo. Que escandálo!. Eso era pecado, ver a un chico "pelete" nos hacia ir corriendo al confesionario, a confesarnos, a que si no........... nuestras prisas no se debian a las apreturas. Eres un figura, Maestro.