He leído por este foro, en lapso breve por aquello del tiempo, no sé a quién- creo que a dúo- algo relativo a un “robo”, en el partido de fútbol celebrado ayer entre los seguidores de la ópera y aquellos otros que, asomados a los caprichos del gusto, eligieron para sí el circo (tan honorable como lo anterior) Y, asesorándome por el gran Quevedo…”No he callar, por más que con el dedo, ya tocando los labios ya la frente, silencio aviséis o amenacéis miedo…” en el convencimiento absoluto de que si Realito, no se bate a mi lado, es por imperativo legal. DIRÉ:
Que, por cuestiones que no son al caso, vi el partido rodeado de gente de bien, entre los que se encontraba el tal Xavier. Por una elemental cuestión de proximidad capitalina y, una vez olvidado el solidario alcorconazo, el abarrotado local, se componía de un porcentaje aproximado de 10 a uno, a favor de los blancos.
Como quiera que, me cuido muy mucho de batirme el cobre, allí donde la batalla física está pérdida de antemano, y el curso de héroe en estas lides, lo suspendí con un 0.75, me abstuve de comentario alguno para no herir sensibilidades- sobre todo la de mi augusto Xavier, cuya mala hostia me es notoria-
En mi soliloquio compulsivo de 90 minutos, por aclamación popular conté no menor de 4 penaltis a favor del impoluto blanco, así como otras tantas expulsiones de los que vestían a rayas. Muy aplaudido, por supuesto- es comprensible- el abandono del campo del Sr. Sergio- Pero, lo que no oí- aunque reconozco tener oído selectivo- es que un chico, que había costado 100.000 millones de €, aproximadamente, decidiera– para mi alegría, por supuesto- no introducir la cosa redonda dentro de una portería tan grande como el Realito. Como quiera que ROBAR, según la RAE, en una de sus acepciones, es “quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno”, me temo que no se da la figura jurídica, en este caso, para tal imputación. Más bien, la gente blanca, debería usar la palabra “TIMO”; es decir: “Engañar a alguien con promesas o esperanzas”. Es que este individuo dijo, en la víspera de la cosa, que quería meterle 10 goles a los otros desgraciados. Sabéis que se os quiere, pero al César, lo del César. Un saludo. PC
Que, por cuestiones que no son al caso, vi el partido rodeado de gente de bien, entre los que se encontraba el tal Xavier. Por una elemental cuestión de proximidad capitalina y, una vez olvidado el solidario alcorconazo, el abarrotado local, se componía de un porcentaje aproximado de 10 a uno, a favor de los blancos.
Como quiera que, me cuido muy mucho de batirme el cobre, allí donde la batalla física está pérdida de antemano, y el curso de héroe en estas lides, lo suspendí con un 0.75, me abstuve de comentario alguno para no herir sensibilidades- sobre todo la de mi augusto Xavier, cuya mala hostia me es notoria-
En mi soliloquio compulsivo de 90 minutos, por aclamación popular conté no menor de 4 penaltis a favor del impoluto blanco, así como otras tantas expulsiones de los que vestían a rayas. Muy aplaudido, por supuesto- es comprensible- el abandono del campo del Sr. Sergio- Pero, lo que no oí- aunque reconozco tener oído selectivo- es que un chico, que había costado 100.000 millones de €, aproximadamente, decidiera– para mi alegría, por supuesto- no introducir la cosa redonda dentro de una portería tan grande como el Realito. Como quiera que ROBAR, según la RAE, en una de sus acepciones, es “quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno”, me temo que no se da la figura jurídica, en este caso, para tal imputación. Más bien, la gente blanca, debería usar la palabra “TIMO”; es decir: “Engañar a alguien con promesas o esperanzas”. Es que este individuo dijo, en la víspera de la cosa, que quería meterle 10 goles a los otros desgraciados. Sabéis que se os quiere, pero al César, lo del César. Un saludo. PC
