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MEMBRIO: Bueno, bueno, RETAMA: pues, efectivamente, parece ser...

Mi JUNCO, bonita: conste que en tus diatribas pueblerinas, tienes razón; en caso de no tenerla, yo siempre te la daré. Es que los que vamos de por aquí, creemos que los que estáis allí, tenéis que estar t’ol día de cachondeo. Es la imagen distorsionada que solemos tener los que nos movemos de un la’o p’a otro. En otro orden de cosas. La mi ENCINA, se escaquea sin mi autorización; y tú, tres cuartos de lo mismo. Pero ¿Qué haces por “Serva la Bari”? ¿No te han pedido el santo, seña y contraseña? ¡Bah, tú no tienes problemas! Besos. PC

PC, Hola. Tú que lo has puesto y sabiendo que e s el nombre árabe de Sevilla, qué significa: Sevilla La Bella o Tierra Bonita. Aunque creo que los gitanos antiguos también lo utilizaban para denominar a Sevilla.
Besos, nos veremos por aquí.

Querida Retama: La primera vez que oí yo la expresión “Serva la Bari” fue…hace la tira de tiempo. Se la escuché a un tipo que decía “me voy p’a zerva la Bari”. En un principio, no sabía a qué se refería, hasta que lo investigué. El nombre real, en tiempos de los Almohades, fue “Isbilya” Ocurre, que se le conocía popularmente con el de la “ciudad bella”; como hoy la podríamos conocer como la “ciudad de la giralda”
En tiempos de los romanos, como bien sabes, se le denominó “Híspalis”. Y, al río- si mal no recuerdo- Betis. Aunque fue más conocida, quizás, Itálica (Santiponce) -ENCINA, la conoce bien- Porque allí, nació un tío al que dieron por llamar Trajano, que se presentó a las elecciones para Emperador de la cosa romana y las ganó. Como Lusitania le votó, ordenó a un tal Cayo Lucio Lacer- arquitecto a la sazón- que construyera un puente de tres pares de narices, cerca de una ciudad, que los del Islam, ocho siglos después, denominaron Alcántara. Ah, también nació por ahí un tal Adriano- el de las memorias- que también le dió por ser emperador y, por lo visto, muy amable e intelectual. Creo que tenía una villa de tres pares de narices en Roma, pero se ha debido de ir al carajo por lo de las recalificaciones. Sin embargo, a Teodosio- un emperador peninsular muy parecido a ZP- le dio por nacer en un pueblo de Segovia (Coca) Así le fue.
Y, para que sepas de dónde viene la cosa de la fundación, te diré. La idea fue de los hermanos Publio y Cneo Cornelio Escipión Calvo. Estos tíos tenían mala leche, y les dio por venirse p’a la península de los Iberos (por lo del Ebro) allá por el 218 a. c. y se liaron a tortazos por Ampurias, Rosas (hoy Roses, Ampuries) con unos cartagineses que andaban jodiendo la marrana (no sé porqué se les llamaba Punidos, a tales elementos- de ahí lo de las guerras púnicas-) Y se quedaron con el pedio.
Y llamaron a la cosa, Hispania (incluida lo que se dio en denominar 14 siglos después, Porto Cale) Y, la dividieron- para gobernarla- en dos provincias; una, más pallá del Ebro-Ulterior; otra, más p’a ca, Citerior. ¡Dos provincias! ¡Tiene tela! No sé cómo podía gobernarse “Hispania” de tal manera. Es hoy, con un gobierno central, 17 autonómicos, más Ceuta y Melilla; 50 gobiernos provinciales, miles de gobiernos municipales; Delegados, etc., y anda la cosa jodida, con que en aquellos tiempos. Bueno, pero aquella gente era muy inculta; hablaban latín, construían unos puentes, acueductos, vías, teatros, circos, anfiteatros, pantanos, etc., etc., que no servían p’a n’a. Ya sabemos. Y, a todo esto, ¿Por qué me líaré de esta forma? Ah, sí. Por lo de la Constitución…que RIP. Un beso. PC

Buenos días a todos.
EL BALEARES, muy buena la foto, ya la vi hace tiempo... pero creo que últimamente hay fusión de cargos o eliminación de algunos de ellos, estás de acuerdo?
PC. Aunque tarde pero felicitarte por el resumen, no te preocupes que me he encargado de completarlo y ampliarlo... con la Lusitania, la Bética y la Terraconensis. Cuando quieras me puedes preguntar la lección. Estas cosas hay que refrescarlas de vez en cuando.
Besos

Bueno, bueno, RETAMA: pues, efectivamente, parece ser que estás al día. Corría el año 27 antes de nuestro señor (A. C.) cuando el primer emperador de los romanos- un tal Octaviano César Augusto- se pilló un cabreo de tres pares de narices, porque le habían chivado que en la Hispania había unos pueblos que no había manera de meterles mano (Básicamente cántabros y astures) El tío se dijo: ¿Sí? ¡Se van a enterar estos tíos, de lo que vale un peine! ¡Legiones: en orden de marcha… Arrrr! Y se vino p’a Hispania, que era toda la península ibérica (incluidos Cataluña, Vascongadas, Portugal etc.,) Una estatua mu grande del tal Octaviano (Octavio) la he visto yo en algún lao, no me acuerdo; y era, el muchacho, muy bien parecido.
Pues este señor, se quedó a vivir en Tarragona, y allí colocó la capital del Imperio. ¡Ojo al parche! Y de allí se movía de un lao p’a otro. Y pensó que pensar podía, y debió decirse: en esta Hispania hay gente qu’es mu bruta y gente qu’es menos bruta, así que voy a dividir la provincia de tal forma que los controle (podemos observar que la división no se debía a una cuestión graciosa para trincar más terrenito o para darle al satrapilla de turno su parcela) Y así lo hizo: A las más pacíficas, las llamó Senatoriales: Bética, capital Córdoba (p’a jodé a los sevillanos) y a las más guerreras, las llamó Imperiales: Lusitania, capital Emerita Augusta (que seguro te suena) y Hispania Citerior (después, Tarraconensis) capital Tarraco.
Que se sepa, que al Sr. Octaviano, le costó “pacificar” la península, el doble de tiempo que lo que le costó al gran Julio César, conquistar la Galia. Y que se sepa, que mando construir esa ciudad que hoy es capital de Extremadura. No me preguntes, por qué eligió ese lugar. Porque, aunque lo sé, no debo decirlo. Por aquello de la milicia, la seriedad y la hora.
Continuará…… Un beso. PC