Factura rebajada un 25%

MEMBRIO: BODES, Bae, gente... es una maravilla ir hallando,...

BODES, Bae, gente... es una maravilla ir hallando, encontrando. De Bae, se sabía; de BODES, se está sabiendo. Las imágenes más fuertes son frías, comparadas con una sensación propia. La sensación, los sentidos, la imaginación, el relato de la realidad... gracias por andar por mi vereda.
Me han dicho hoy, ignoro el porqué, que cante a la Navidad. ¿Qué os parece? ¡Que cante! Mi cante, permanece en las sombras. Es un cante por bulerías olvidadas; de nebulosa lumbre y un maravilloso sonido que sale de una flamenca guitarra; es un cante de miel, en mitad de la nada, bajo una lluvia de sangre que cuelga de un onírico techo. En mi niñez, cantaba aquello de los peces en el rio. ¡Navidad, navidad, dulce navidad…!
Mi soledad y yo, no sé vosotros, siempre tenemos reservado asiento en el tren de la melancolía- es un billete que nos dieron hace tiempo- y, cuando pasamos por el túnel de la nostalgia, nuestros vacíos se llenan de nada; son esos mundos hueros que se confunden con el vaho. Pero, es, precisamente por eso, por lo que tantas veces, denostamos la palabra. Y, siempre, cuando paramos en la estación del recuerdo- una estación a veces bulliciosa; otras, como destartalada y peripatética sombra hipocondríaca- y pasamos la mano por el cristal de la ventana, vemos a los amigos, el musgo, el belén, la infancia; los villancicos, los reyes magos, los árboles, el viento; la iglesia del pueblo engalanada; los triciclos de madera, y a nuestro hermano pequeño dándonos la lata. Por supuesto, de cuando en cuando, un árbol muerto que adorna una gélida plaza. Vemos tanto en la Navidad, que a veces no vemos nada. Saludos. PC