UN SUEÑO
Una noche un hombre llamado José no podía conciliar el sueño.
Daba vueltas y vueltas en su cama, sin embargo sus ojos no podían cerrarse, las preocupaciones lo atormentaban.
¿Qué te pasa?
Preguntó su mujer
¿Por qué no te duermes?
José le confesó que no tenía las siete monedas de plata que le debía a su vecino Pedro, lo cual le preocupaba tanto que le impedía dormir.
Su mujer se levantó, se echó encima una bata, salió a la calle y se puso a llamar a gritos a su vecino Pedro, hasta que este se asomó a la ventana, frotándose los ojos de sueño y preguntó:
¿Quién me llama?
¿Qué ocurre?
La mujer le contestó:
Sólo quiero que sepas que no vas a cobrar mañana tus siete monedas de plata, porque mi marido no las tiene!
Dicho lo cual, la mujer regresó a su casa y le dijo a su marido:
Duérmete, José……. Ahora el que se tiene que preocupar es Pedro...
Las preocupaciones son capaces de robarnos no solo la paz, sino la alegría de vivir, sin embargo de vez en cuando son parte de la vida.
No permitas que estos pensamientos se conviertan en obsesiones porque nos llevan a tener trastornos de ansiedad, depresión y mal humor y elevan el estrés afectando nuestra mente y nuestras emociones, aparte de repercusiones físicas –dolor de cabeza, etc.-.
Nuestro estado de ánimo es determinado por nuestros pensamientos, algunos distorsionados de la razón y la realidad.
Pero cuidado con esas distorsiones que a veces nos hacen esclavos del deber, otras crean ideas catastróficas, y todas las preocupaciones nos convierten en vaticinadores e imaginativos del futuro.
Manejemos eficientemente nuestras emociones.
Buen dia Membrio
Una noche un hombre llamado José no podía conciliar el sueño.
Daba vueltas y vueltas en su cama, sin embargo sus ojos no podían cerrarse, las preocupaciones lo atormentaban.
¿Qué te pasa?
Preguntó su mujer
¿Por qué no te duermes?
José le confesó que no tenía las siete monedas de plata que le debía a su vecino Pedro, lo cual le preocupaba tanto que le impedía dormir.
Su mujer se levantó, se echó encima una bata, salió a la calle y se puso a llamar a gritos a su vecino Pedro, hasta que este se asomó a la ventana, frotándose los ojos de sueño y preguntó:
¿Quién me llama?
¿Qué ocurre?
La mujer le contestó:
Sólo quiero que sepas que no vas a cobrar mañana tus siete monedas de plata, porque mi marido no las tiene!
Dicho lo cual, la mujer regresó a su casa y le dijo a su marido:
Duérmete, José……. Ahora el que se tiene que preocupar es Pedro...
Las preocupaciones son capaces de robarnos no solo la paz, sino la alegría de vivir, sin embargo de vez en cuando son parte de la vida.
No permitas que estos pensamientos se conviertan en obsesiones porque nos llevan a tener trastornos de ansiedad, depresión y mal humor y elevan el estrés afectando nuestra mente y nuestras emociones, aparte de repercusiones físicas –dolor de cabeza, etc.-.
Nuestro estado de ánimo es determinado por nuestros pensamientos, algunos distorsionados de la razón y la realidad.
Pero cuidado con esas distorsiones que a veces nos hacen esclavos del deber, otras crean ideas catastróficas, y todas las preocupaciones nos convierten en vaticinadores e imaginativos del futuro.
Manejemos eficientemente nuestras emociones.
Buen dia Membrio