Date cuenta, zurrimícalo, que las
fiestas de antaño las organizábamos y nos las currábamos los jovenes, como este año que tuvimos la peña en la
casa de la madre del
baleares. Estábamos cansados; todo el día en la taberna despachando, a Sanvi a por el hielo y, a los 6 de la mañana, a la
charca de zomores a trasmallar los blases que, luego, servían de aperitivo. Una taza y un trozo de pez...! que
castañas ¡. Así que, estábamos muy agotados como para saltar al ruedo.
Un saludo.