Que me pongo el refajo!, que tengo muchas ganas!, no te lo pierdas, me lo
compré cuando hicimos aquí la
casa de
Extremadura, porque el que tenía era de pequeñita.
Así que me lo pongo, si Dios quiere, y las
flores las cogeré como cuando era chica del florero que mi madre tenía, que eran de esas de plastico duro, y las puntas de las hojas se me clavaban en la cabeza.
Luego me pintaban los labios las sobrinas del Secretario, y el lunar me lo pintaba mi madre con un alfiler quemao, que a veces me quemaba.
Aunque
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