Esta
piedra está en la pared de un
huerto, y en un lugar tan emblemático como el
pozo Salorino. En el Alto de la
Charca, allí está sin moverse viendo pasar el tiempo, y todo lo que ocurre a su alrededor.
Cuando la grabé con un martillo y una punta, no era consciente que algún día le haría una
fotografía con una cámara digital y saldría en Internet.
El futuro es así, nunca sabemos que pasará.