Buenas noches, Caracol-1:
Lo del bicarbonato, no lo recuerdo, pero sí guardo con cariño las conversaciones y coloquios, a falta de foro cibernético, que se creaban en cualquier lugar de trabajo, sin tantas prisas ni estrés como hoy nos embarga. Entre esos recuerdos, nuestro buen Casimiro presumió en mi presencia de cuando era aprendiz, por haber tenido que afeitar barbas de más de quince días con aquellos hombres del campo. Por cierto, mañana cumple la mía también esas dos semanas y esta vez el barbero tendré que ser yo mismo. A ver qué tal se me da.
Y tengo que marcharme: buenas noches a todos.
Lo del bicarbonato, no lo recuerdo, pero sí guardo con cariño las conversaciones y coloquios, a falta de foro cibernético, que se creaban en cualquier lugar de trabajo, sin tantas prisas ni estrés como hoy nos embarga. Entre esos recuerdos, nuestro buen Casimiro presumió en mi presencia de cuando era aprendiz, por haber tenido que afeitar barbas de más de quince días con aquellos hombres del campo. Por cierto, mañana cumple la mía también esas dos semanas y esta vez el barbero tendré que ser yo mismo. A ver qué tal se me da.
Y tengo que marcharme: buenas noches a todos.