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MEMBRIO: AROMAS DE LA INFANCIA...

AROMAS DE LA INFANCIA

Los que vivimos una infancia en un pueblo, los recuerdos tienen un sentido muy especial.

Algunos huelen tan bien y otros no tanto.

Los olores marcan la niñez y la vida, nos transportan en el túnel del tiempo a aquella infancia ya vivida, dorada, añorada mil veces y recordada con sus tonos teñidos de sepia.

Y nos llevan de vuelta a episodios de vida que podía incluso creer olvidados pero que más bien se resguardan del paso del tiempo en algún recóndito compartimiento de la mente.

Aromas que desencadenan recuerdos, emociones, sensaciones, momentos vividos, personas amadas.

Son capaces de reproducir con extraordinaria exactitud la sensación que tuvimos en un preciso momento.

Por la mañana, antes de ir a la escuela ordeñaba algunas vacas y cabras, el olor de la leche tomada al pie de la vaca, tibia, blanca espumosa, y luego el llamado,-a desayunar- en la cocina con olor a leña verde y el café recién molido.

Camino a la escuela, la fragancia a tierra fresca cuando ha caído una tormenta, el perfume de las flores y de los naranjos.

De regreso de la escuela, pasaba por la panadería de mi barrio, era un deleite, el olor a pan recién horneado.

Por las tardes, desde las ventanas de las casas, se sentían el olor de la cebolla y el ajo frito, preludio de una buena cena.

Y por supuesto, el lugar preferido, el huerto de la familia.

Hay tantos aromas que he olvidado, pero cuando vuelvo a sentirlos, inmediatamente, me transportan a mi niñez, algunos no sé exactamente qué me recuerdan, pero no cabe duda que ese aroma dice:

“Mi infancia, mi casa, mi pueblo”

Buen Dia Membrio