Sevillana de Triana: a fuerza de ser sincero, he de decirte que os engañé a las dos. Ocurre que mi Encina, me conoce tanto, que sabe siempre qué es lo que quiero decir, aunque diga lo contrario. Son cosas de los poetas. ¿Sabes? los poetas fingimos bastante. Sólo no lo hacemos cuando amamos. Aquello de Pessoa: "El poeta es un fingidor que finge constantemente, que hasta finge que es dolor, el dolor que en verdad siente”.
Ya ves. Me gusta mucho el queso, y la miel de los pretéritos ojos. Sin embargo, juntos, me duelen. De la misma manera que me duele una aceituna sin hueso, vilmente asesinada por una anchoa del cantábrico. Hay cosas que no son lo que parecen; otras, sin embargo parecen lo que son. La cuestión, el grado de convicción está, obviamente, en saber cuándo es y cuando no. La naranja, me gusta cuando estoy sosegado, y a plazos. Ha sido un placer el haberte visionado. No te conozco, lógicamente. Pero, como te dije, si eres amiga de Encina, tienes un asiento en mi balcón. Porque, por si no lo sabes, conocer a Encina, sí es un auténtico gozo. Un beso. PC
... (ver texto completo)