ADP. Es otra de las muchas fotografías preciosas, “color sepia”, que tenemos el gusto de disfrutar y que tú nos has mostrado.
El cuadro de la Sagrada Cena, el del Sagrado Corazón y otros muchos, llenaron las paredes de las salas y alcobas de las casas de nuestro Pueblo. El sentido religioso estaba arraigado y era innato en nuestras familias, y esas ilustraciones o estampas enmarcadas, evocaban a ello.
Aparte del cuadro de Jesús en el Monte de los Olivos, que creo que es el que se ve en un primer plano, también se observa que este señor, “repartidor de fe”, transportaba el cuadro del Ángel de la Guarda, del que recuerdo que, con sus brazos en posición de protección, seguía a un niño y a una niña, que jugaban en un jardín con los ojos vendados, para evitar que se cayesen a un estanque que tenían delante de sus pies.
La verdad es que más de uno tuvimos ese Ángel a nuestras espaldas, cuando de niños jugábamos por esas charcas y riveras.
Hubo otros a los que desgraciadamente no les acompañó.
Recuerdo especial para ellos y que siga viva su memoria.
Gracias ADP, SALUDOS
El cuadro de la Sagrada Cena, el del Sagrado Corazón y otros muchos, llenaron las paredes de las salas y alcobas de las casas de nuestro Pueblo. El sentido religioso estaba arraigado y era innato en nuestras familias, y esas ilustraciones o estampas enmarcadas, evocaban a ello.
Aparte del cuadro de Jesús en el Monte de los Olivos, que creo que es el que se ve en un primer plano, también se observa que este señor, “repartidor de fe”, transportaba el cuadro del Ángel de la Guarda, del que recuerdo que, con sus brazos en posición de protección, seguía a un niño y a una niña, que jugaban en un jardín con los ojos vendados, para evitar que se cayesen a un estanque que tenían delante de sus pies.
La verdad es que más de uno tuvimos ese Ángel a nuestras espaldas, cuando de niños jugábamos por esas charcas y riveras.
Hubo otros a los que desgraciadamente no les acompañó.
Recuerdo especial para ellos y que siga viva su memoria.
Gracias ADP, SALUDOS