Aquí están los dos del medio. Faltan la grande y la chica, menudo “jotrín” se traía la grande con la chica.
Me cuenta la chica, que de niña acostumbraba a tragarse los dos reales porque se los metía en la boca para soplar y hacer pitidos con el agujerito, y su hermana mayor, Candela, la acompañaba a la pared de la calleja de la calle de la Cruz, una y otra vez, hasta que lo soltaba.
Los vecinos y vecinas de la calle decían:
¡Ahí va la Candela con la Hili, que se ha vuelto a tragá los dos reales y no termina de echarlos!
¡Po los dos realis son mu puñeterus porque el bujero se le quea agarrao a las tripas como una ventosa!
¡Lo mesmo van a tené que abrirla pa sacárselo!
¡Ante d´eso que se tome dos cuchará de aceite de ricino pa que le resbale!
Mejó el agua de carabaña pa que le limpie.
¡Esta joía muchacha!
Me cuenta la chica, que de niña acostumbraba a tragarse los dos reales porque se los metía en la boca para soplar y hacer pitidos con el agujerito, y su hermana mayor, Candela, la acompañaba a la pared de la calleja de la calle de la Cruz, una y otra vez, hasta que lo soltaba.
Los vecinos y vecinas de la calle decían:
¡Ahí va la Candela con la Hili, que se ha vuelto a tragá los dos reales y no termina de echarlos!
¡Po los dos realis son mu puñeterus porque el bujero se le quea agarrao a las tripas como una ventosa!
¡Lo mesmo van a tené que abrirla pa sacárselo!
¡Ante d´eso que se tome dos cuchará de aceite de ricino pa que le resbale!
Mejó el agua de carabaña pa que le limpie.
¡Esta joía muchacha!