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SITUACIONES GRACIOSAS DE SEMANA SANTA EN MI PUEBLO
Es común en los pueblos, hacer una personificación del Via Crucis, con personas que desde un año antes, practican sus textos, mandan hacer sus vestimentas, etc.
Recuerdo a Don Siriaco, el rico del pueblo,
- dijo-, Esta vez, yo voy a personificar a Jesús
Se puso a votación y según el grupo que organizaba tal evento, dieron su aprobación
Se llegó el día viernes santo, mucha gente en las calles, Don Siriaco, con su atuendo de Jesús, cargando la cruz, las siete caídas etc.
Tras él, los soldados romanos haciendo gala de su papel, -dentro de ellos- Jacinto, un ex empleado suyo, haciéndola de soldado.
Todos fuimos testigos, que le venían dando duro con su látigo a Don Siriaco- Jesús-, le atizaban bonito, y desde la primera caída, Don Siriaco, ya no sentía lo duro, sino lo tupido del castigo.
En la tercera caída, no aguantó más, dejó tirada la cruz en plena calle, se quitó su corona de espinas y empezó a corretear a Jacinto.
Todos nos quedamos mudos, Don Siriaco y Jacinto, protagonizaron una persecución por varias calles hacia abajo, había empujones y gritos, risas, enojos, hasta que alcanzó a Jacinto y se empezaron a dar de trompadas, se liaron a golpes y terminaron tirados en el suelo.
Don Siriaco, se llevó la peor parte, pararon la disputa, terminó ensangrentado de la cara, con un ojo morado, y con dignidad regresó, recogió la Cruz, se puso su corona de espinas y terminó su personificación.
Sin embargo, Don Siriaco de reojo, oteaba donde venia Jacinto, pero al nomas descuidarse, le volvían a atizar unos latigazos.
Para la gente que estaba adelante y que no se dio cuenta del altercado, veían en Don Siriaco a la mejor persona que había personificado a Jesús, por su rostro lleno de dolor, su atuendo hecho pedazos y con manchas rojizas y la sangre que brotaba de su cabeza y cara era de verdad.
Fue la última vez que vi a Don Siriaco, participar en el episodio del Via Crucis, aunque muchas personas que le habían visto después del incidente, le rogaban para que hiciera nuevamente su papel.
Es que fue tan real……que me emocioné hasta las lágrimas –dijo una vecina-
La otra situación se dio llegando al Viernes Santo, un día ominoso en el que la gente caminaba de negro por la calle con gesto de consternación
Se prohibía comer carne.
También bañarse, porque se decía que a quien lo hiciera le saldría cola de pez.
Eso se acabó un día en que un cura párroco belga -por cierto un tanto gordito- se lanzó al lago de Flores en plena mañana del viernes en que Cristo fue crucificado.
Me contaron mis amigos que observaban nostálgicos el agua del lago, esperaban que emergiera una ballena con la cabeza del párroco.
Y no fue así,
BUEN DIA MEMBRILLO, MEMBRILLEROS
SI DIOS QUIERE NOS ESCRIBIMOS EL LUNES.
Es común en los pueblos, hacer una personificación del Via Crucis, con personas que desde un año antes, practican sus textos, mandan hacer sus vestimentas, etc.
Recuerdo a Don Siriaco, el rico del pueblo,
- dijo-, Esta vez, yo voy a personificar a Jesús
Se puso a votación y según el grupo que organizaba tal evento, dieron su aprobación
Se llegó el día viernes santo, mucha gente en las calles, Don Siriaco, con su atuendo de Jesús, cargando la cruz, las siete caídas etc.
Tras él, los soldados romanos haciendo gala de su papel, -dentro de ellos- Jacinto, un ex empleado suyo, haciéndola de soldado.
Todos fuimos testigos, que le venían dando duro con su látigo a Don Siriaco- Jesús-, le atizaban bonito, y desde la primera caída, Don Siriaco, ya no sentía lo duro, sino lo tupido del castigo.
En la tercera caída, no aguantó más, dejó tirada la cruz en plena calle, se quitó su corona de espinas y empezó a corretear a Jacinto.
Todos nos quedamos mudos, Don Siriaco y Jacinto, protagonizaron una persecución por varias calles hacia abajo, había empujones y gritos, risas, enojos, hasta que alcanzó a Jacinto y se empezaron a dar de trompadas, se liaron a golpes y terminaron tirados en el suelo.
Don Siriaco, se llevó la peor parte, pararon la disputa, terminó ensangrentado de la cara, con un ojo morado, y con dignidad regresó, recogió la Cruz, se puso su corona de espinas y terminó su personificación.
Sin embargo, Don Siriaco de reojo, oteaba donde venia Jacinto, pero al nomas descuidarse, le volvían a atizar unos latigazos.
Para la gente que estaba adelante y que no se dio cuenta del altercado, veían en Don Siriaco a la mejor persona que había personificado a Jesús, por su rostro lleno de dolor, su atuendo hecho pedazos y con manchas rojizas y la sangre que brotaba de su cabeza y cara era de verdad.
Fue la última vez que vi a Don Siriaco, participar en el episodio del Via Crucis, aunque muchas personas que le habían visto después del incidente, le rogaban para que hiciera nuevamente su papel.
Es que fue tan real……que me emocioné hasta las lágrimas –dijo una vecina-
La otra situación se dio llegando al Viernes Santo, un día ominoso en el que la gente caminaba de negro por la calle con gesto de consternación
Se prohibía comer carne.
También bañarse, porque se decía que a quien lo hiciera le saldría cola de pez.
Eso se acabó un día en que un cura párroco belga -por cierto un tanto gordito- se lanzó al lago de Flores en plena mañana del viernes en que Cristo fue crucificado.
Me contaron mis amigos que observaban nostálgicos el agua del lago, esperaban que emergiera una ballena con la cabeza del párroco.
Y no fue así,
BUEN DIA MEMBRILLO, MEMBRILLEROS
SI DIOS QUIERE NOS ESCRIBIMOS EL LUNES.
