Vamos a ver, cómo te lo digo, querido KUBALINA. Eres el vivo ejemplo de mi mayor fracaso intelectual. Pero, me das la razón, en cuanto que todas las personas necesitamos un seguimiento, un apoyo Psicológico, un guía espiritual, para no marcharnos por el
camino del mal. Después de bautizarte, haciendo honor de tu físico (Pequeñete, rechonchete, rubio, ojos azules; una monada de niño, parecidísimo al gran Kubala) te abandonamos en plena
calle nueva, dentro del terrible
campo de acción de ese gran señor-
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