¡Muy buenas! Veo por lo leído, que el Día de la Mancomunidad no resultó tan festivo como era de esperar y de desear, por mor de de la climatología y sobre todo, por los fallecimientos del tío José, de Jacinta y de Juani. Mi más sentido pésame para sus familiares. La muerte de Juani a la que no recuerdo, muy dolorosa por lo que contáis al ser todavía joven, y dejar hijos pequeños que necesitan del amor y presencia de su madre. ¡Qué estropicios prepara la muerte cuando llega temprano! Con el tío José, siempre tuve relación porque fué muy amigo de mi padre. Una amistad que venía de la infancia; de aquellas que nacían en la escuela, en los recreos y el correr diario. Hablé con él por última vez hace un par de años en el bar de Juan Antonio, y, lógicamente, me habló de mi padre y de la vida que les tocó vivir. Disfrutó él, y disfruté yo con la charla. Como cuando vivía mi padre, y, con una cerveza o vino de por medio que yo compartía con ellos, se enfrascaban con sus cosas. Con la muerte del tío José, ya no queda ningún amigo de mi padre con vida. Hace tiempo, se marcharon el tío Diego Flores, que era un ciclón cuando llegaba a mi casa en la cale La Parra, (vivía en Herreruela desde que se casó) repartiendo alegría, abrazos, besos y caramelos; el tío Fermín Tapia, el padre de Agustín "Triste", el tío Florian Machado, el padre de Orzowei... Ahora que recuerdo, de aquella época queda Don Paco, con el que también mantenía una cierta amistad, porque también fué compañero de escuela. Así es la vida: pasa el tiempo, las personas, y quedan los recuerdos en un rincón. Que no quiere decir arrinconados, porque, de vez en cuando, salen a flote con una sonrisa. Saludos a tod@s.