A estos motores de gasóleo, de vez en cuando, había que echarles el agua fresquita en el radiador para que no se quemaran, ya que eran muchas horas las que trabajaban sin moverse; su fijación también era muy importante, para que no cabecearan. La armonía entre las dos máquinas debía ser tal, que el movimiento de transmisión de fuerzas fuera perfecto; ésto se traducía en que las poleas de ambas debían estar totalmente perpendiculares, y a la distancia adecuada, para que las correas se movieran en línea recta, evitando, así, que se salieran, y con la tensión suficiente, pero sin forzarlas, evitando que se combaran o que se rompieran. En distinto contexto, si lo trasladamos al argot político, también podríamos hablar de "relaciones de fuerzas" y de "la correa de transmisión de...?"
El trillo y la parva fueron desplazados por la máquina de trillar y las mieses pasaron, de ser pisoteadas por las bestias, a ser embutidas en una tolva; desde hace ya un tiempo, la venganza no se hizo esperar, y ahora, muchas desaparecieron y, las que menos, han quedado dormidas en los museos etnográficos.
Bonita foto, como todas las antiguas.
Saludos
El trillo y la parva fueron desplazados por la máquina de trillar y las mieses pasaron, de ser pisoteadas por las bestias, a ser embutidas en una tolva; desde hace ya un tiempo, la venganza no se hizo esperar, y ahora, muchas desaparecieron y, las que menos, han quedado dormidas en los museos etnográficos.
Bonita foto, como todas las antiguas.
Saludos