Preciosa foto, ¡llegaba el espectáculo a la era!. No quisiera repetir de nuevo las sensaciones que... entonces sentí. Noto en ella la "responsabilidad del maquinista". El sólo, poniendo a punto ese armatoste, que cuando comenzara a funcionar, ¡Dios sabe, como lo haría!.
Ay AMIGO! Cuantas cosas sabes tú de las eras.
Deja la charla Consuelo
que una moza casadera,
no debe estar en la era
si no está el sol en el cielo.
Se nota que me gusta este poema.
Un Abrazo de niña Isabel.
Deja la charla Consuelo
que una moza casadera,
no debe estar en la era
si no está el sol en el cielo.
Se nota que me gusta este poema.
Un Abrazo de niña Isabel.
Niña Isabel, cuando, trascribes este poema me acuerdo de nuestro común amigo Valentín. Cuando estemos en el pueblo te explicaré. Pero... discúlpame que mi tio Jose Maria Cotrina ha puesto en marcha la máquina de trillar y ahora YO soy el "alimentao". Inolvidables días aquellos, amiga Encina, estando mi padre (Q. E. P. D.) convaleciente de una úlcera de estómago que lo tuvo postrado en la cama varios meses hubo que trillar la siega del huerto al lado de donde vivían los Sanes (Pachín y Miguel Angel). Su amigo Agustín "Rata" (Q. E. P. D.) también, mi tio Jose Mari Cotrina (genio y figura, donde los haya) me enseñaron a ser "alimentao", en tres minutos: "mira esto es así". Jose María manda, pone otra velocidad más en el tractor y... nos "comimos" el "hacal" en menos tiempo del esperado. Cuando me bajé de la plataforma del "alimentao", me quité el pañuelo, me sentí, casi, casi, como Agustín "El Barqui", Martín Cachopo, y otro hombres de la era a los que tuve la suerte de conocer.