Hola M. José: Te diré algo que quiero que sepas. El día que llegaste a Cáceres a las seis de la tarde, me dijo arr que estabas en la estación y que a las seis y media se marchaba el autobús. Yo, que en esos momentos estaba superocupada, me planteé ir a verte, pero pensaba que ya no me daría tiempo de ir. Pero así y todo lo iba a intentar. Viendo arr el sacrificio que hacía, me aconsejó que no lo hiciese, porque igual tú ya te habrias marchado. Cuando más tarde llegó y me dijo que habia estado contigo, me dio mucha pena no haber ido. Espero hacerlo la próxima vez. Besos.