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MEMBRIO: ......

De preferencia un BUEN SUPOSITORIO TURBOLAX, hay de todos los tamaños y depende también del grado del retortijón.

Un buen supositorio tiene dos lados, uno puntiagudo y otra un tanto gruesa, parecida a una bala o proyectil. El calibre va en relación al grado de malestar estomacal de la persona……..

Deberá contar con un buen picador-a- de preferencia de confianza, con una buena técnica y tino este deberá medir la resistencia, pasividad del paciente porque a veces el cuerpo lo rechaza a la primera, y a la segunda y hasta la tercera vez, pero si llegas al cuarto intento…hay que tener un tanto de temor, hay que pedirle al picador-a-, que le ponga un poquito de vaselina……..

Y por ultimo una buena postura –hay varias posiciones-es también muy importante, con el fin de que el paciente se mantenga relajado para que todo se le facilite al PICADOR-A-.

La lluvia me ha despertado y curioso he entrado rápidamente al foro…..…y me doy cuenta del problema del Maestro, ahí va una sugerencia y voy de nuevo a la cama zzzzzzzzzzzzz.

FELIZ DOMINGO……A TODAS Y TODOS

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Buenas noches y saludos a TODAS y a TODOS.
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D. FRANCISCO. Te agradezco enormemente tus desvelos hacia mí al verme anoche en una situación crítica de atoramiento intestinal. La verdad que estas cosas, al igual que las almorranas, no tenemos más remedio que sufrirlas en silencio, pero gracias a Internet y a que uno le gusta compartir todo con los amigos, acaban sabiéndose en Guatemala, y eso que te pillé acostado, pero te desveló la lluvia porque hasta los dioses querían echarme una mano.

Con la receta que me hiciste llegar esta mañana, referente a los supositorios TURBOLAX, así como con la LAVATIVA aconsejada por el amigo Calambú, unidos a la destreza de Hili para esas artes y a su apoyo incondicional, -la verdad es que Calambú la tendría que incluir en el santoral,- tenía asegurada la curación de mi malestar intestinal. Al farmacéutico le manifestaron mis síntomas con tanto énfasis que terminó dándome la mayor talla de todo, así que con sólo ver el tamaño del Turbolax y el de la Lavativa, me cagué de miedo. Iba a decir “con perdón”, pero la verdad es que me cagué y me curé.

D. FRANCISCO, me agrada el humor que empleas en tu receta, dándole ese símil médico-taurino. La “picaora” no podía ser otra que no fuera la Pelucha, pues ¡total no soy yo pudoroso!. Ella te manda, con mucho énfasis, un beso de la talla más grande.

La semana pasada te noté un poquito melancólico en los escritos, aunque siempre en tu línea de reflexión. Potencias el acercamiento con todos y velas, como nadie, por ese espíritu forero y participativo en el que nos hemos aventurado los membrilleros. Por todo ello te doy las gracias y deseo que siempre sigas con ese humor. Gracias por tus desvelos.

P. D. Tú que estás en tierra de Dioses, sabrás de estrellas, no sé si verás las mismas que nosotros vemos por aquí. Algún día nos enseñarás las tuyas, este verano te esperamos en el Pantano, en el Santo o en el Alto la Charca, para enseñarte las nuestras.

UN ABRAZO