Querida ENCINA: después de años y años dándole vueltas a la noria mental. Preguntándome, como “casi” todo el mundo, el porqué, para qué y qué; el dónde, cómo y cuándo…etc., etc., lo más jodido de todo, es que las síntesis de mi razonamiento filosófico, se concreta en cuatro palabras: ¡Estoy hasta los cojones! Es de suponer que a estas horas no haya niños. Aunque, si los hubiera, o hubiese, no creo que se asustasen mucho. Un beso. PC
Apuntate a la vida,
a decir lo que sientes,
a sentir lo que vales,
a soñar lo que quieres
y a saber que te sobra
con tener lo que tienes.
Que no venga nadie a tocarte los coj......
Un Beso APC.
a decir lo que sientes,
a sentir lo que vales,
a soñar lo que quieres
y a saber que te sobra
con tener lo que tienes.
Que no venga nadie a tocarte los coj......
Un Beso APC.
Queridas, FORTUNA Y ENCINA. Observando vuestra inquietud por mi cabreo- u desencanto- y, entendiendo que la cosa no tiene más trascendencia que la que impone el mero estado transitorio de ánimo, motivado quizás por cuestiones exógenas que se clavan en la substancia, y con el objeto de que vuestra preocupación sea más efímera que mi estado, os diré: cuando nos movemos por los verigüetos de nuestro mundo interior, y no encontramos respuestas, solemos buscarlas en nuestros heroicos modelos. Respondiendo a la composición de mi adolescente Encina (Llámese chaparro) me he dado un paseo por el más grande de los poetas del romanticismo español- José de Espronceda- y, pobre de mí, he visto en él, lo que desearía y no consigo (Es una cuestión de mera literatura- no es conveniente transcender demasiado por este medio-)
Cuando decimos “Romanticismo”, el genérico dice: flores, fuentes; aire, paz, deseo, amor, rima, luz, vida…Pero, no avistamos en nuestro interior, ni la fantasía, ni la imaginación ni las fuerzas irracionales del espíritu; desvariamos, pero no conocemos nuestras contradicciones. No nos detenemos en el alma exaltada por los sentimientos de insatisfacción, ante un mundo que limita y frena el vuelo de nuestras ansias, tanto en el amor, como en la sociedad, el patriotismo, etc.
La naturaleza, en el romántico, se fusiona con su estado de ánimo y se muestra melancólica, tétrica, misteriosa, oscura... Estas cosas hicieron que Mariano José de Larra, por ejemplo, se fuese voluntariamente para Triana: los anhelos de amor apasionado, las ansias de felicidad y posesión de lo infinito le causaron una gran desazón, una inmensa decepción.
Según dicen los que saben (no sé mucho de esto) los románticos sitúan sus sentimientos dolientes y defraudados en lugares misteriosos o melancólicos, como ruinas, bosques, cementerios... De la misma manera que siente atracción hacia lo sobrenatural, aquello que escapa a cualquier lógica, como los milagros, apariciones, visiones de ultratumba, lo diabólico y brujeril... Os daréis cuenta, que nada es lo que parece
Y, ahora, para finalizar este rollo apasionado, os diré otra síntesis distinta de la de los “cojones”. Es posible que esté enamorado de un imposible (no hablo de mujeres, en este caso) Quizás mi espíritu contradictorio, me haga sentirme feliz en el desánimo, la desazón, lo incorpóreo e intangible. Es decir, me inspire más en lo negro que en lo blanco. Pero… amigas mías, me reservo la desnudez para que se asome al balcón de la “verité” en aquellos casos en que también me desnudo físicamente. En estos momentos, me he quitado la camisa, aunque llevo camiseta interior. Un beso, y, salud para todos.. OS DEJO CON ESPRONCEDA. PC
Batallas, tempestades, amoríos,
por mar y tierra, lances, descripciones
de campos y ciudades, desafíos
y el desastre y furor de las pasiones,
goces, dichas, aciertos, desvaríos,
con algunas morales reflexiones
acerca de la vida y de la muerte,
de mi propia cosecha, que es mi fuerte
Cuando decimos “Romanticismo”, el genérico dice: flores, fuentes; aire, paz, deseo, amor, rima, luz, vida…Pero, no avistamos en nuestro interior, ni la fantasía, ni la imaginación ni las fuerzas irracionales del espíritu; desvariamos, pero no conocemos nuestras contradicciones. No nos detenemos en el alma exaltada por los sentimientos de insatisfacción, ante un mundo que limita y frena el vuelo de nuestras ansias, tanto en el amor, como en la sociedad, el patriotismo, etc.
La naturaleza, en el romántico, se fusiona con su estado de ánimo y se muestra melancólica, tétrica, misteriosa, oscura... Estas cosas hicieron que Mariano José de Larra, por ejemplo, se fuese voluntariamente para Triana: los anhelos de amor apasionado, las ansias de felicidad y posesión de lo infinito le causaron una gran desazón, una inmensa decepción.
Según dicen los que saben (no sé mucho de esto) los románticos sitúan sus sentimientos dolientes y defraudados en lugares misteriosos o melancólicos, como ruinas, bosques, cementerios... De la misma manera que siente atracción hacia lo sobrenatural, aquello que escapa a cualquier lógica, como los milagros, apariciones, visiones de ultratumba, lo diabólico y brujeril... Os daréis cuenta, que nada es lo que parece
Y, ahora, para finalizar este rollo apasionado, os diré otra síntesis distinta de la de los “cojones”. Es posible que esté enamorado de un imposible (no hablo de mujeres, en este caso) Quizás mi espíritu contradictorio, me haga sentirme feliz en el desánimo, la desazón, lo incorpóreo e intangible. Es decir, me inspire más en lo negro que en lo blanco. Pero… amigas mías, me reservo la desnudez para que se asome al balcón de la “verité” en aquellos casos en que también me desnudo físicamente. En estos momentos, me he quitado la camisa, aunque llevo camiseta interior. Un beso, y, salud para todos.. OS DEJO CON ESPRONCEDA. PC
Batallas, tempestades, amoríos,
por mar y tierra, lances, descripciones
de campos y ciudades, desafíos
y el desastre y furor de las pasiones,
goces, dichas, aciertos, desvaríos,
con algunas morales reflexiones
acerca de la vida y de la muerte,
de mi propia cosecha, que es mi fuerte