M. M. noto en tus escritos la "respetuosa intranquilidad" de tu padre. El guardia Magro, casi nadie al aparato. Alguna vez me dijo en un atroz
verano de mis trece años, doce y media podría ser de la mañana, cuando todos estábamos acostumbrados a que el sol "calentara" y entonces... no había termómetros ni telediarios, me dijo: ¡Chaval, como no "espaviles", habrá dias peores que este". Yo ya lo sabía.