Dos amigos se encuentran y uno de ellos estaba muy necesitado por saber su futuro, muy preocupado por su salud y por su suerte. El otro amigo le dijo a este: Me han hablado de un curandero, adivino que es buenísimo; vamos a su casa y lo averiguamos. Llegaron a la puerta de este ¨sabio¨y llamaron a su puerta. Este contestó: ¿quien es?. Entonces el amigo necesitado; colerico, le dijo a su compañero: Vaya mie............ de adivinoooooooooooooo. Cuidado con los fantasmas que, por desgracia, abundan. Un abrazo.
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