Pisaera M. I. M., sabemos de gentes con aquella virtud innata de conocer las innumerables posibilidades que te ofrece la naturaleza y, además, ponerlas a disposición de la humanidad de manera desinteresada -ésto es loable, los resultados son palmarios, y yo creo en ello-; pero, para tomar una taza de tomillo (que yo lo he hecho) no es necesario acompañarse de velas, crucifijos, imágenes, olores eclesiásticos y demás parafernalia. Tu caso, es la excepción; lo contrario, por desgracia, es la regla.
Un saludo
Un saludo