Para ADP (y para todos los foreros). Es un chiste realmente Real:
Una de las veces que Alfonso XIII visitó la finca de Zamores, se despistó montado en su caballo y no sabía volver al palacio. Se encontró con un vecino de Membrío y le preguntó por la dirección que debía tomar para regresar al cortijo. Nuestro buen hombre le contestó que los dos iban en la misma dirección, así que le podía acompañar.
El rey le dio conversación y, entre otras cosas, le preguntó:
- ¿Sabe usted que el rey ha venido de caza a esta finca?
-Sí, señor, -contestó el labriego.
-Y usted sabe quién es? -insistió Alfonso XIII.
En una época muy alejada de las telecomunicaciones, no era fácil conocer la cara del rey, así que le contestó:
-Pues no, señor.
Cuando lleguemos al cortijo, fíjese bien. Todos le saludarán con respeto y él será el único que no se quite el sombrero.
Y así sucedió. Todas las personas con las que se cruzaban inclinaban la cabeza y mostraban sus respetos al monarca quitándose el sombrero. Cuando dio las gracias a nuestro vecino por haberle indicado correctamente el camino de vuelta, le preguntó:
- ¿Sabe ahora ya quién es el rey?
El labriego contestó con aguda respuesta:
-Aún me quedan dudas: o usted o yo, porque ninguno de los dos nos hemos quitado el sombrero.
Esta anécdota fue contada al actual rey de España en una ocasión por una vecina de Membrío. Don Juan Carlos soltó una sonora carcajada.
Una de las veces que Alfonso XIII visitó la finca de Zamores, se despistó montado en su caballo y no sabía volver al palacio. Se encontró con un vecino de Membrío y le preguntó por la dirección que debía tomar para regresar al cortijo. Nuestro buen hombre le contestó que los dos iban en la misma dirección, así que le podía acompañar.
El rey le dio conversación y, entre otras cosas, le preguntó:
- ¿Sabe usted que el rey ha venido de caza a esta finca?
-Sí, señor, -contestó el labriego.
-Y usted sabe quién es? -insistió Alfonso XIII.
En una época muy alejada de las telecomunicaciones, no era fácil conocer la cara del rey, así que le contestó:
-Pues no, señor.
Cuando lleguemos al cortijo, fíjese bien. Todos le saludarán con respeto y él será el único que no se quite el sombrero.
Y así sucedió. Todas las personas con las que se cruzaban inclinaban la cabeza y mostraban sus respetos al monarca quitándose el sombrero. Cuando dio las gracias a nuestro vecino por haberle indicado correctamente el camino de vuelta, le preguntó:
- ¿Sabe ahora ya quién es el rey?
El labriego contestó con aguda respuesta:
-Aún me quedan dudas: o usted o yo, porque ninguno de los dos nos hemos quitado el sombrero.
Esta anécdota fue contada al actual rey de España en una ocasión por una vecina de Membrío. Don Juan Carlos soltó una sonora carcajada.