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Hoy se celebra la festividad de:
-San Roque, peregrino, taumaturgo.
-San Ambrosio, Doctor de la Iglesia.
-San Esteban, rey de Ungría.
-Sta. Basilia, mártir.
-Santos: Cosme, Teodoro de Sión, Radulfo (Raúl, Rodolfo) y Eleuterio, obispos.
-Sta Beatriz de Silva, fundadora.
SAN ROQUE.- Nace de una familia noble y rica. Al morir sus padres vende toda su herencia para limosnas.
Cuando oye que en Roma se ha declarado la peste, se dirige hacia allí y se dedica a ayudar en lo que puede a los apestados (cura, consuela, entierra a los muertos...)
Pasada la epidemia se retira a Plocaza, (Italia), y es allí donde un buen día ocurre lo que no había ocurrido antes: se sintió apestado.
Todos le huyen y sufre la soledad y el abandono cruel. En los Alpes construye una cabaña y todos los días un perro se le acerca con un panecillo y le lame las heridas.
Al morir surge espontaneamente el culto del pueblo agradecido y la veneración popular se transmite de ciudad en ciudad con numerosos milagros.
Fue canonizado en Constantinopla, al desaparecer la peste de la ciudad cuando lo invocaron, quedando para siempre su condición de intercesor ante situaciones de epidemias.
Hoy en día, desaparecidas algunas de esas terribles enfermedades, podemos acudir a él para que nos cure de otras pestes peores: el egoismo, la sensualidad, la envidia, el amor propio...
¡FELICIDADES a los que celebren hoy su santo!
-San Roque, peregrino, taumaturgo.
-San Ambrosio, Doctor de la Iglesia.
-San Esteban, rey de Ungría.
-Sta. Basilia, mártir.
-Santos: Cosme, Teodoro de Sión, Radulfo (Raúl, Rodolfo) y Eleuterio, obispos.
-Sta Beatriz de Silva, fundadora.
SAN ROQUE.- Nace de una familia noble y rica. Al morir sus padres vende toda su herencia para limosnas.
Cuando oye que en Roma se ha declarado la peste, se dirige hacia allí y se dedica a ayudar en lo que puede a los apestados (cura, consuela, entierra a los muertos...)
Pasada la epidemia se retira a Plocaza, (Italia), y es allí donde un buen día ocurre lo que no había ocurrido antes: se sintió apestado.
Todos le huyen y sufre la soledad y el abandono cruel. En los Alpes construye una cabaña y todos los días un perro se le acerca con un panecillo y le lame las heridas.
Al morir surge espontaneamente el culto del pueblo agradecido y la veneración popular se transmite de ciudad en ciudad con numerosos milagros.
Fue canonizado en Constantinopla, al desaparecer la peste de la ciudad cuando lo invocaron, quedando para siempre su condición de intercesor ante situaciones de epidemias.
Hoy en día, desaparecidas algunas de esas terribles enfermedades, podemos acudir a él para que nos cure de otras pestes peores: el egoismo, la sensualidad, la envidia, el amor propio...
¡FELICIDADES a los que celebren hoy su santo!
