Encinita, ¿estas asomá al pstigo?, te estoy llamando desde la
esquina de la
calle la
Cruz.
Querida, estaba en la cocina preparando la cena, nada, algo ligerito y con el sonido de la
campana no escuchaba que me llamabas. Menos mal que me he asomado a la
ventana y te he visto. Como me alegro de que estés tan guapa. Un beso. A MARIA le das otro.