¡Qué soso se refleja "el padre Tajo"! ¡Y qué arisco se ha vuelto echándonos de sus orillas! No ocurre así con estas mujeres que se encuentran plácidas... y alegremente cogiendo un romero florido y oloroso, ¡claro! No si antes de discutir si ogaño es mejor que antaño. El paraje es de una hermosura incomparable. Y el día... un día inolvidable. SALUDOS.