Ahora, encima del pozo que había en el corral hay cemento, encima de las baldosas, de la barra del bar, del futbolín, de los espejos... más cemento, coches y un silencio que aplasta. ¡Qué tiempos!
Marga V, que te voy a decir yo que tu no sepas. Tu compromiso con esta situación habrá sido, en buena lógica, mas fuerte que la de otros; yo también he sentido este lugar de manera muy próxima porque, como tu sabes, mi otra casa estaba muy cerca de allí. Supongo que a todos se nos vienen ideas de todo aquello que se pudo hacer allí: sala de exposiciones, salón cultural, salón de baile, sala de cine y teatro, museo etnográfico, talleres, etc, etc., aparte, lógicamente, del impulso que le hubiera dado a aquella parte del pueblo, que buena falta le hace. En fin, todos tenemos allí tantas historias que recordarlas ya supone un ejercicio nostálgico bastante fuerte.
Un abrazo
Un abrazo