MEMBRIO: TORMENTA DE TORMENTO...

Despedida a un poeta que nos quiso, y nos llevo cosigo en su mochila.
Poeta del pueblo.

Poema Plegaria Del Joven Dormindo. Miguel Labordeta

Hermanas Estrellas:
¿Me escucháis?
¿Oís el palpitar de mi ardiente manantial tronchado
indagando su fervor de precipicio
en este planetario estío
de hermosura sin faz?
Vosotras, mis hermanas mayores:
¿qué sabéis?
¡Decidme! ¡Habladme del sentido del abismo
todo futuro sido en el espacio curvo…!
Contadme, mis hermanas gigantes,
contadme que fueron las borrascas nebulosas
preñadas de gérmenes dulcísimos
y de terribles olvidos sepultados
hacia una furiosa potencia en carne viva
devorándose a sí misma
en silencio y hormiga
labio y galaxia o brisa
siempre muerte resucitada…
¿Lo sabéis? ¿Sabéis a dónde iré yo?
¿Sabéis a dónde iréis vosotras,
mis lejanas hermanas?
¿Sabéis a dónde irá todo
cuando el Ojo Secreto
se aniquile en burbujas de Luz?
¿O no tendremos fin…?
¿Será todo como este ensueño
en que os sueño,
mis hermanas estrellas,
mis lejanas, mis gigantes hermanas?
¡Decidme! ¡Habladme!
¿Sabéis el destino de nuestros muertos
implacables de enigmas?
¿Qué sois,
anhelo puro,
vientres de luz?
¿Acaso pensamiento
de una serena grandeza fugacísima?
¿O frías criaturas de fuego
que esperáis algo inauditamente,
una mañana de primavera perenne quizá?
¿Lo sabéis? ¿O no conocéis nada?
¿O no existís ya
y sólo contemplo el último parpadeo
que lanzasteis sobre la Vía Láctea
cuando las cunas eran tan sólo
pleamares de lodo y semilla de engaño?
¿Me escucháis?
¿O no tienen respuesta mis palabras
de suicida recién nacido?
¿Nos encontraremos al final?
¿O el punto y el anciano,
la senda y el minuto,
el signo y la Bondad
son tan sólo perdidos amuletos de la Mente,
cenizas de fotones
callando nuestras fuentes milagrosas
polvo de melodías eternas,
certero enigma sin pupila,
derramándose sobre quietos lagos desconocidos?
¿Y yo? ¿Sabéis quién soy?
¿Os sonreís? ¿O sois ciegas?
Sí.
¿O sois ciegas como yo?
Hermanas Estrellas,
mis lejanas, mis gigantes hermanas
moribundas sin acto,
frágil nota acurrucada
como polen de otoño
o labio encendido de muchacha
que ha de morir.
¿Qué matriz cercenada
se abre en vuestro misterioso nido?
¿Qué pecado pavoroso columbra
vuestra incógnita?
¿Hacia qué Totalidad embriagada
os dirigís sedientas de promesa y descanso?
Contadme,
contadme vuestros mitos maravillosos
de amor hacia los soles inacabables.
¿O no sabéis nada? ¿O sois ciegas como yo?

Mis hermanas, mis lejanas y gigantes hermanas Estrellas

TORMENTA DE TORMENTO

El día se descompuso de manera rápida e inesperada, ya que en cuestión de minutos se dejo venir el diluvio, con tormentas eléctricas y granizo

Caras de miedo y angustia se pueden observar, la gente sale huyendo con los niños en brazos

¡A cubrir los espejos, cerrar las ventanas, desconectar los aparatos eléctricos, apagar el switch de la luz y solo a iluminar la casa con velas y veladoras!.

¡A esconderse debajo de las sabanas y de la cama, así nos estuviéramos muriendo de calor!.

Mama repitiendo constantemente letanías y recomendaciones como “levanta los pies del suelo, aléjate de la ventana, no te peines que atraes los rayos” y mil cosas más

Obviamente crecí con ese miedo “heredado”.

Solo que al tener hijos, mientras eran pequeños traté de disimularlo al máximo y enseñarles sólo las precauciones necesarias ante una tormenta y que las vieran como algo natural, que hay que respetar, pero no temer.

Así que traté de no cubrir los espejos, ni gritar aterrado ante cada rayo que escuchaba.

Yo creo que se me pasó la mano, porque a estos traviesos les encantaba sentarse frente a la ventana a ver los rayos, comer los granizos que llegaban cerca de ellos, cosa que me hacia colgarme de las lámparas de puri………. titito miedo.

Con el tiempo crecieron y ahora que son “grandes” ya no hago nada por evitar mi pánico, lo cual la mayoría de las veces les provoca carcajadas. Pero ante el primer relámpago que veo a lo lejos, por inercia saco velas y le entrego un encendedor a cada uno (por aquello de posibles apagones), una lámpara portátil de baterías, y empiezo a desconectar todos los aparatos eléctricos.

Recuerdo que en casa, el aviso más preciso y confiable que una tormenta venia fuerte, son mis perros.
Se ponían como locos, ladraban aterrados y empujaban la puerta tratando de entrar, no se calmaban hasta entrar a la casa a refugiarse temblando de miedo.

BUEN DIA MEMBRIO…MEMBRILLEROS
FELIZ INICIO DE SEMANA………. PRODUCTIVO Y POSITIVO….
UN ABRAZO A TODAS Y TODOS