PIDO PERDÓN
¡Perdón! Esa no es mi fiesta, mi toro,
no naciste, bravo y noble, para esto
mas bien naciste con lo puesto
para morir en la plaza con decoro.
Puede que el pueblo necesite oro
y se atrinchere, vilmente, como estos
que lanzando el dardo del incesto
yacen con su madre y con el moro.
Aplausos, risas, vejaciones a coro,
del pan y circo, emperadores;
la muchedumbre repite, como loros,
¡Qué macho soy! Ajenos a los dolores
que dañan más la vista que al propio toro,
y la memoria del “pasmo” de mis amores.
PC
¡Perdón! Esa no es mi fiesta, mi toro,
no naciste, bravo y noble, para esto
mas bien naciste con lo puesto
para morir en la plaza con decoro.
Puede que el pueblo necesite oro
y se atrinchere, vilmente, como estos
que lanzando el dardo del incesto
yacen con su madre y con el moro.
Aplausos, risas, vejaciones a coro,
del pan y circo, emperadores;
la muchedumbre repite, como loros,
¡Qué macho soy! Ajenos a los dolores
que dañan más la vista que al propio toro,
y la memoria del “pasmo” de mis amores.
PC
Amigo Francisco Javier: Bonitos versos, es una verguenza ajena que siento cuando veo imagenes de este tipo y mas en los tiempos que corren, pero muchas veces las tradiciones de cualquier pueblo de este pais que se las da de avanzado y moderno, valen mas que decenas, o tal vez cientos, o quizas miles, o mejor millones de personas que pensamos que a un animal no se le puede maltratar, y menos aun someterlo a vejaciones para que unos cuantos se diviertan. Es un placer leerte, Saludos.