MIS LUGARES EN MEMBRIO.
En una CASA, una HABITACIÓN que me vio nacer.
En la CALLE, un RINCÓN donde pisé gorrones.
En la PLAZA, una POZA donde jugué a los bolindres.
En el RELLANO, un HOYO donde jugué al piqueo.
En la ESCUELA, un PUPITRE donde aprendí a leer.
En la IGLESIAIA, un RECLINATORIO donde tomé mi primera comunión.
En un SALÓN, un ESCENARIO donde fui actor.
En el SEMBRADO, una MIRADA al cielo para que lloviera.
En los TRIGALES, una SOLANA donde achicharraba el sol en la siega.
En lo alto del MONTE, una HACINA que me vio madrugar.
En los ENCINARES, una ENCINA donde dormí la siesta.
En el RASTROJO, una HORNILLA para cocer los garbanzos.
En la ERA, una PARVA trillada con el trillo.
En la NOCHE con estrellas, TERTULIA de labradores.
En el BARRANCO, un CHAPARRO donde anidó la tórtola.
En la BARRERA, una MATA donde cantó el cuco.
En la LADERA, una FUENTE con agua fresca.
En el TERRAPLÉN, una MADRIGUERA de conejo.
En la LLANURA, un PINO donde cantó la perdiz.
En el ARROYO, una CASCADA con agua cristalina.
En el CAMINO polvoriento, el REFUGIO de una tormenta.
En los PEÑASCOS, un CANCHO donde el lagarto tomó el sol.
En el PEDREGAL, una y otra PIEDRA con un alacrán.
En la VEREDA, una HUELLA del pasar de una culebra.
En el BARBECHO, la CAMA de una liebre.
En el TRONCO de una encina, un AGUJERO con el nido de una abubilla.
En el RETAMAR, docenas de CHICHARAS en algunas retamas.
En la PARED del huerto, un HUECO donde anidó el mochuelo.
En lo alto de la CARRETERA, un ENPALME con una mirada triste.
En la vía del TREN, un APEADERO con destino lejano.
En el HORIZONTE, una CIMA que se alejaba de mi vista.
En la ESTACIÓN de destino, ATOCHA donde había gentío con prisas.
En el pasar del TIEMPO, ACONTECIMIENTOS tristes y alegres.
En la ACTUALIDAD, un ANÁLISIS al pasado y presente.
En el FUTURO, el DESEO de un mundo en PAZ.
VIRGO.
En una CASA, una HABITACIÓN que me vio nacer.
En la CALLE, un RINCÓN donde pisé gorrones.
En la PLAZA, una POZA donde jugué a los bolindres.
En el RELLANO, un HOYO donde jugué al piqueo.
En la ESCUELA, un PUPITRE donde aprendí a leer.
En la IGLESIAIA, un RECLINATORIO donde tomé mi primera comunión.
En un SALÓN, un ESCENARIO donde fui actor.
En el SEMBRADO, una MIRADA al cielo para que lloviera.
En los TRIGALES, una SOLANA donde achicharraba el sol en la siega.
En lo alto del MONTE, una HACINA que me vio madrugar.
En los ENCINARES, una ENCINA donde dormí la siesta.
En el RASTROJO, una HORNILLA para cocer los garbanzos.
En la ERA, una PARVA trillada con el trillo.
En la NOCHE con estrellas, TERTULIA de labradores.
En el BARRANCO, un CHAPARRO donde anidó la tórtola.
En la BARRERA, una MATA donde cantó el cuco.
En la LADERA, una FUENTE con agua fresca.
En el TERRAPLÉN, una MADRIGUERA de conejo.
En la LLANURA, un PINO donde cantó la perdiz.
En el ARROYO, una CASCADA con agua cristalina.
En el CAMINO polvoriento, el REFUGIO de una tormenta.
En los PEÑASCOS, un CANCHO donde el lagarto tomó el sol.
En el PEDREGAL, una y otra PIEDRA con un alacrán.
En la VEREDA, una HUELLA del pasar de una culebra.
En el BARBECHO, la CAMA de una liebre.
En el TRONCO de una encina, un AGUJERO con el nido de una abubilla.
En el RETAMAR, docenas de CHICHARAS en algunas retamas.
En la PARED del huerto, un HUECO donde anidó el mochuelo.
En lo alto de la CARRETERA, un ENPALME con una mirada triste.
En la vía del TREN, un APEADERO con destino lejano.
En el HORIZONTE, una CIMA que se alejaba de mi vista.
En la ESTACIÓN de destino, ATOCHA donde había gentío con prisas.
En el pasar del TIEMPO, ACONTECIMIENTOS tristes y alegres.
En la ACTUALIDAD, un ANÁLISIS al pasado y presente.
En el FUTURO, el DESEO de un mundo en PAZ.
VIRGO.
VIRGO, emotivo escrito el que nos dedicaste ayer. Según vas leyendo revives los recuerdos de toda una vida y te das cuenta como el paso del tiempo los ha comprimido irremediablemente. El guión de tus recuerdos nos sirve a muchos de nosotros, pues nos hace revivir las vivencias parecidas que tenemos guardadas. Te agradezco la aportación, porque siento que el poder disfrutar de los recuerdos de la vida es volver a vivirla, y tu escrito ayuda a ello. Los buenos recuerdos siempre nos gusta recordarlos, y agradeces que vuelvan a resurgir; en cuanto a los malos, al menos te queda la satisfacción de haberlos superado; y vistos con el paso del tiempo, no te parecen tan malos. La historia de nuestra vida está formada por esos recuerdos, buenos y malos, y la mente es tan prodigiosa que se encarga de almacenarlos, y a veces, a los malos, nos ayuda a olvidarlos, o los almacena de tal forma que no nos hagan daño.
He sentido una sensación muy agradable con tu escrito, por otra parte lleno de nostalgia cariñosa de la niñez y juventud vivida en el Pueblo. De niños el tiempo parecía que pasaba más despacio y teníamos mentes abiertas y detallistas, deseosas de aprender y conocer; por eso, con cada detalle que relacionas, te recreas en los recuerdos de sentimientos vividos de una forma muy intensa.
Virgo, seguro que si nos vemos en la Plaza, serías capaz de señalarnos, hasta con los ojos cerrados, dónde estaba el guá (poza) en el que jugabas a los bolindres; ahora lamentablemente para los dos, para ti y para mí, hay un adoquín o una farola encima. Si no fuera por ello, te hubiese retado a una partida, y no me hubiese importado darte las ventajas de que iniciaras el juego o de que jugaras con “chilindras”. Si quieres preparamos en otro sitio un encuentro, me da igual que sea por el Pozo del Manantío que por el Pozo del Secretario; pero con una condición, que cuando acabemos de jugar me dejes que le eche al “guá” una meadita, que eso siempre me gustó.
SALUDOS
Que paséis un feliz domingo, TODAS Y TODOS
He sentido una sensación muy agradable con tu escrito, por otra parte lleno de nostalgia cariñosa de la niñez y juventud vivida en el Pueblo. De niños el tiempo parecía que pasaba más despacio y teníamos mentes abiertas y detallistas, deseosas de aprender y conocer; por eso, con cada detalle que relacionas, te recreas en los recuerdos de sentimientos vividos de una forma muy intensa.
Virgo, seguro que si nos vemos en la Plaza, serías capaz de señalarnos, hasta con los ojos cerrados, dónde estaba el guá (poza) en el que jugabas a los bolindres; ahora lamentablemente para los dos, para ti y para mí, hay un adoquín o una farola encima. Si no fuera por ello, te hubiese retado a una partida, y no me hubiese importado darte las ventajas de que iniciaras el juego o de que jugaras con “chilindras”. Si quieres preparamos en otro sitio un encuentro, me da igual que sea por el Pozo del Manantío que por el Pozo del Secretario; pero con una condición, que cuando acabemos de jugar me dejes que le eche al “guá” una meadita, que eso siempre me gustó.
SALUDOS
Que paséis un feliz domingo, TODAS Y TODOS