En 1928 los aviadores Capitanes Ignacio Jiménez Martín (Del Arma de Infantería), y Francisco Iglesias Brague (del Arma de Ingenieros), considerado uno de los mejores navegantes, junto a Mariano Barberán, se pusieron de acuerdo para recabar de la autoridad el permiso para efectuar un vuelo que batiese el récord de distancia que estaba entonces en 6.290 Km.
Para tal empresa eligieron el Breguet XIX, moderno biplano que por aquella época fabricaba bajo licencia Construcciones Aeronáuticas, S. A. (C. A. S. A.), en su factoría de Getafe, para la Aviación Militar. Concretamente el modelo el “Gran Raid” que había desarrollado la casa diseñadora pero que CASA no había fabricado nunca, ya que para el empeño, se necesitaba un radio de acción mínimo de 7.000 Km., lo que se traducía en la necesidad de poder trasportar la nada desdeñable cantidad de 4.100 litros de carburante, calculados en base al consumo de los motores de por aquel entonces.
En 1928 los aviadores Capitanes Ignacio Jiménez Martín (Del Arma de Infantería), y Francisco Iglesias Brague (del Arma de Ingenieros), considerado uno de los mejores navegantes, junto a Mariano Barberán, se pusieron de acuerdo para recabar de la autoridad el permiso para efectuar un vuelo que batiese el récord de distancia que estaba entonces en 6.290 Km.
Para tal empresa eligieron el Breguet XIX, moderno biplano que por aquella época fabricaba bajo licencia Construcciones Aeronáuticas, S. A. (C. A. S. A.), en su factoría de Getafe, para la Aviación Militar. Concretamente el modelo el “Gran Raid” que había desarrollado la casa diseñadora pero que CASA no había fabricado nunca, ya que para el empeño, se necesitaba un radio de acción mínimo de 7.000 Km., lo que se traducía en la necesidad de poder trasportar la nada desdeñable cantidad de 4.100 litros de carburante, calculados en base al consumo de los motores de por aquel entonces.
Aunque el día 9 de Mayo se presentaban las condiciones idóneas para partir, tanto hacia Oriente como hacia Occidente, decidieron posponer la partida para el día siguiente, pero ese día Tablada amaneció inmerso en una intensa niebla, que les obligó a posponer el vuelo de nuevo. Ya al día siguiente, 11 de Mayo, habiéndose despejado un poco la niebla, se dispusieron para el despegue, guiados mas por el corazón que por la razón. A la postre se demostró que la visibilidad no era la suficiente y en la carrera de despegue impactaron con un carro que no habían visto, dañando el ala inferior del avión y teniendo que posponer el vuelo. Al hacer la inspección de los daños, el Jefe de la Base Comandante Guillermo Delgado Brackenbury, observo en la cabina de Iglesias que las cartas de navegación y todos los datos correspondían a un vuelo hacia Cuba y no hacia el este, dando cuenta de ello a Madrid al jefe de la Aeronáutica, que como medida cautelar canceló el vuelo siendo amonestados los pilotos.
El día 29 del mismo mes, una vez reparados los desperfectos, Jiménez e Iglesias, despegaron hacia oriente, pero una serie de dificultades meteorológicas les hicieron desviarse de la ruta, entrando en Siria por Alepo y teniendo que tomar tierra, por avería de las válvulas del motor, en Basora (actual Irak). El récord no había sido batido.
Mientras que los pilotos esperaban la llegada de los repuestos en una base de la RAF, los italianos batieron el récord con un Savoia S-64, volando hasta Natal y poniendo el récord en 7.188 Km.
Con todas estas vicisitudes las condiciones, el tiempo pasaba y la bonanza de las condiciones climatológicas, propias de esas fechas se disiparon, viéndose obligados a posponer el intento para el año siguiente. Este obligatorio compás de espera junto a la hazaña de los italianos, disuadieron al Jefe de la Aeronáutica Militar a autorizar el vuelo en su trayectoria origina, hacia occidente, pero el aumento de distancia necesario para batir el nuevo record les obligaría a volar a Rio de Janeiro, en vez de a Cuba.
Por fin el día 24 de Marzo de 1929 el “Jesús del Gran Poder” despegaba de Tablada rumbo a Río decorado en el fuselaje con dibujos de Martínez de León y Juan Lafita alusivos a su capitalidad andaluza, poniendo rumbo a la costa occidental de Africa que siguieron hasta Dakar, donde se internaron en el océano. En su etapa transoceánica y una vez pasado el ecuador, los alisios del Sur este, los empujaron hacia el Norte, siendo la primera referencia terrestre del continente americano, el faro de Natal. Desde aquí se dirigieron costeando hacia el sur, pero la escasez de combustible les obligó a tomar tierra en Bahía, tras 43h 50 minutos de vuelo y 6746 km. recorridos, pero sin poder batir el record.
Desde aquí el “Jesús del Gran Poder” hizo una gira hispanoamericana siguiendo hasta Buenos Aires y subiendo por la costa occidental de América del Sur hasta Panamá y finalizando el vuelo en Cuba. Allí el avión fue desmontado y subido a bordo del crucero “Almirante Cervera” que lo deposito en Cádiz, donde, una vez montado, despego de la playa de la Victoria con destino Sevilla y más tarde Cuatro Vientos en Madrid.
Respecto al vuelo a Cuba, lo harían cuatro años después Barberán y Collar en el “Cuatro Vientos” con fatal desenlace.
De tan singular gesta, a parte del relato histórico nos queda como mudo testigo, el aparato con el que se realizó la gesta, el Breguet XIX "Jesus del Gran Poder", que se encuentra en el museo de Aeronáutica y Astronáutica de Cuatro Vientos, Madrid)
Para tal empresa eligieron el Breguet XIX, moderno biplano que por aquella época fabricaba bajo licencia Construcciones Aeronáuticas, S. A. (C. A. S. A.), en su factoría de Getafe, para la Aviación Militar. Concretamente el modelo el “Gran Raid” que había desarrollado la casa diseñadora pero que CASA no había fabricado nunca, ya que para el empeño, se necesitaba un radio de acción mínimo de 7.000 Km., lo que se traducía en la necesidad de poder trasportar la nada desdeñable cantidad de 4.100 litros de carburante, calculados en base al consumo de los motores de por aquel entonces.
En 1928 los aviadores Capitanes Ignacio Jiménez Martín (Del Arma de Infantería), y Francisco Iglesias Brague (del Arma de Ingenieros), considerado uno de los mejores navegantes, junto a Mariano Barberán, se pusieron de acuerdo para recabar de la autoridad el permiso para efectuar un vuelo que batiese el récord de distancia que estaba entonces en 6.290 Km.
Para tal empresa eligieron el Breguet XIX, moderno biplano que por aquella época fabricaba bajo licencia Construcciones Aeronáuticas, S. A. (C. A. S. A.), en su factoría de Getafe, para la Aviación Militar. Concretamente el modelo el “Gran Raid” que había desarrollado la casa diseñadora pero que CASA no había fabricado nunca, ya que para el empeño, se necesitaba un radio de acción mínimo de 7.000 Km., lo que se traducía en la necesidad de poder trasportar la nada desdeñable cantidad de 4.100 litros de carburante, calculados en base al consumo de los motores de por aquel entonces.
Aunque el día 9 de Mayo se presentaban las condiciones idóneas para partir, tanto hacia Oriente como hacia Occidente, decidieron posponer la partida para el día siguiente, pero ese día Tablada amaneció inmerso en una intensa niebla, que les obligó a posponer el vuelo de nuevo. Ya al día siguiente, 11 de Mayo, habiéndose despejado un poco la niebla, se dispusieron para el despegue, guiados mas por el corazón que por la razón. A la postre se demostró que la visibilidad no era la suficiente y en la carrera de despegue impactaron con un carro que no habían visto, dañando el ala inferior del avión y teniendo que posponer el vuelo. Al hacer la inspección de los daños, el Jefe de la Base Comandante Guillermo Delgado Brackenbury, observo en la cabina de Iglesias que las cartas de navegación y todos los datos correspondían a un vuelo hacia Cuba y no hacia el este, dando cuenta de ello a Madrid al jefe de la Aeronáutica, que como medida cautelar canceló el vuelo siendo amonestados los pilotos.
El día 29 del mismo mes, una vez reparados los desperfectos, Jiménez e Iglesias, despegaron hacia oriente, pero una serie de dificultades meteorológicas les hicieron desviarse de la ruta, entrando en Siria por Alepo y teniendo que tomar tierra, por avería de las válvulas del motor, en Basora (actual Irak). El récord no había sido batido.
Mientras que los pilotos esperaban la llegada de los repuestos en una base de la RAF, los italianos batieron el récord con un Savoia S-64, volando hasta Natal y poniendo el récord en 7.188 Km.
Con todas estas vicisitudes las condiciones, el tiempo pasaba y la bonanza de las condiciones climatológicas, propias de esas fechas se disiparon, viéndose obligados a posponer el intento para el año siguiente. Este obligatorio compás de espera junto a la hazaña de los italianos, disuadieron al Jefe de la Aeronáutica Militar a autorizar el vuelo en su trayectoria origina, hacia occidente, pero el aumento de distancia necesario para batir el nuevo record les obligaría a volar a Rio de Janeiro, en vez de a Cuba.
Por fin el día 24 de Marzo de 1929 el “Jesús del Gran Poder” despegaba de Tablada rumbo a Río decorado en el fuselaje con dibujos de Martínez de León y Juan Lafita alusivos a su capitalidad andaluza, poniendo rumbo a la costa occidental de Africa que siguieron hasta Dakar, donde se internaron en el océano. En su etapa transoceánica y una vez pasado el ecuador, los alisios del Sur este, los empujaron hacia el Norte, siendo la primera referencia terrestre del continente americano, el faro de Natal. Desde aquí se dirigieron costeando hacia el sur, pero la escasez de combustible les obligó a tomar tierra en Bahía, tras 43h 50 minutos de vuelo y 6746 km. recorridos, pero sin poder batir el record.
Desde aquí el “Jesús del Gran Poder” hizo una gira hispanoamericana siguiendo hasta Buenos Aires y subiendo por la costa occidental de América del Sur hasta Panamá y finalizando el vuelo en Cuba. Allí el avión fue desmontado y subido a bordo del crucero “Almirante Cervera” que lo deposito en Cádiz, donde, una vez montado, despego de la playa de la Victoria con destino Sevilla y más tarde Cuatro Vientos en Madrid.
Respecto al vuelo a Cuba, lo harían cuatro años después Barberán y Collar en el “Cuatro Vientos” con fatal desenlace.
De tan singular gesta, a parte del relato histórico nos queda como mudo testigo, el aparato con el que se realizó la gesta, el Breguet XIX "Jesus del Gran Poder", que se encuentra en el museo de Aeronáutica y Astronáutica de Cuatro Vientos, Madrid)
Después de la parrafada que he enviado, os diré que el juego consiste en llevar la bola de hierro, desde Sevilla hasta La Habana sin que se cuele en ningún agujero, aunque parezca fácil no lo es, al lado de S. Salvador tiene una forma como de pata de caballo (es como nosotros le llamamos) y ahí siempre se nos colaba la bola, y vuelta a empezar. Besos Membriller@s