Quedaba uno.... Con lo que me gustan... Allá voy con la cámara, quedó inmortalizado.... Lo alcancé, sin riesgo, aunque tuve que subirme a una roca que había al lado... Lo saboreé, con la certeza de que hasta la próxima temporada ya no volvería a hacerlo...
Fue al bajar, al saltar de la roca a otra cuando me caí, me falló la vista. ¡Menudo batacazo...! Me acordé de BALEARES... Creí que había roto una pierna...
Pero no, sólo una pequeña rozadura en una mano. Eso sí, la camara se EHCHANGÓ.
Menos mal que debido a la memoria, la foto se salvó.
¡BUENOS DÍAS MEMBRILLER@S!
Fue al bajar, al saltar de la roca a otra cuando me caí, me falló la vista. ¡Menudo batacazo...! Me acordé de BALEARES... Creí que había roto una pierna...
Pero no, sólo una pequeña rozadura en una mano. Eso sí, la camara se EHCHANGÓ.
Menos mal que debido a la memoria, la foto se salvó.
¡BUENOS DÍAS MEMBRILLER@S!
AMAPOLA, Te doy ánimos y te deseo que te recuperes pronto de la vista y de los rasguños. Ya verás como podrás venir a la próxima reunión forera. ¡Te esperamos!
Ya me enteré que te comiste el último “jigo” de la “jiguera” y que estuviste a punto de comerte el último “jigo” de tu vida. Yo un día de estos celebraré el primer aniversario de mi mala experiencia aceitunera, y que le acabo de contar a MONIGOTE; está al caer el día que me caí.
Desde entonces me cuido mucho y sólo como aceitunas embasadas con apertura fácil. Si se me resiste algún embase, utilizo el abre-embase que adquirí en una tienda con el lema: “abra todo con el mínimo esfuerzo”, así procuro no relajarme la muñeca. También procuro comprarlas sin huesos para no dañarme la dentadura y también que sean gordas para terminar antes.
Desde entonces no me importa que las aceitunas del olivo se las coman los tordos; y tú deberías hacer lo mismo con los “jigos”, ¡que se los coman los mirlos!.
Todo esto te lo cuento porque quiero que tengas mucho cuidado la próxima vez, que las caídas de las higueras son tan malas como las caídas de los olivos, puesto que la fuerza de la gravedad no hace distingos.
BESOS
Ya me enteré que te comiste el último “jigo” de la “jiguera” y que estuviste a punto de comerte el último “jigo” de tu vida. Yo un día de estos celebraré el primer aniversario de mi mala experiencia aceitunera, y que le acabo de contar a MONIGOTE; está al caer el día que me caí.
Desde entonces me cuido mucho y sólo como aceitunas embasadas con apertura fácil. Si se me resiste algún embase, utilizo el abre-embase que adquirí en una tienda con el lema: “abra todo con el mínimo esfuerzo”, así procuro no relajarme la muñeca. También procuro comprarlas sin huesos para no dañarme la dentadura y también que sean gordas para terminar antes.
Desde entonces no me importa que las aceitunas del olivo se las coman los tordos; y tú deberías hacer lo mismo con los “jigos”, ¡que se los coman los mirlos!.
Todo esto te lo cuento porque quiero que tengas mucho cuidado la próxima vez, que las caídas de las higueras son tan malas como las caídas de los olivos, puesto que la fuerza de la gravedad no hace distingos.
BESOS