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MEMBRIO: Hola "tio normal". Este mensaje necesita más tiempo...

Quiero contestando a este mensaje, dar las gracias a los que me han felicitado, especialmente a ti primo por ese poema tan bonito.
No ha sido mi mejor día de cumpleaños, por eso, agradezco mucho más estos detalles de los amigos forer@s.
También gracias a los que se preocupan por la salud de mi madre.
Un día más, un año más. Deseo que los que vengan sigan llenándose con la amistad encontrada en mis amigos forer@s de Membrio.
Buenas noches amig@s.

Para ADL con el cariño que sabe le tengo. Deseo que sea feliz junto a los suyos, y, que se lo cuente a su madre, perfectamente restablecida. Esto es, ni más ni menos, que una alucinación sin aditivos. Así, a pelo. Esas cosas que tenemos los tíos normales.

TARDE DE OTOÑO
En el sereno silencio de la tarde del otoño intangible que comienza, estando sentado a orillas de un regato, de un ignoto lugar- escuchando la canción que canta el agua- me vino a la cosa auditiva la armoniosa melodía de un jilguero, que parecía querer acompasarse con la brisa. Yo, estaba solo; bueno, no, más bien con el silencio- Estas cosas sólo se ven, con esos trazos de colores, cuando estás en el limbo-
Mientras observaba cómo la corriente de continuo se renueva y sentía el compás del chispeo intermitente sobre mis hombros, y mi frente, oí el suave balanceo de las hojas movidas por un enemigo del cierzo. Miré al cielo, y los vi allí, permanentemente enhiestos. Parecía como si se lamentasen de que el céfiro fino que los movía descompusiese sus tintes tan perfectos.
En un mezcolanza de sonidos y de sombras, en mitad de las llamas de aquél fuego, los vi vestidos de ocre, cadmio y un dulce verde que no es verde, pintando de oro aquél valle que entre montañas dormitaba solemnemente.
De entre aquella luz, tenue y amarillenta, que copulaba con la alfombra más hermosa, emergió una insigne figura de marfil perfecto. Era un blanco que se iba y que venía por entre el suave balanceo que se acompasaba entre la tierra y el cielo.
Y, donde nada se oía, se oyó la ternura de un beso. Y, aparecieron los poetas con sus liras y sus versos.
Yo, quise cantar una oda entre el murmullo aquél del imperceptible silencio, y me di cuenta que nada era cierto; siendo, sin embargo, tan bello.
Simplemente, querida mía, deberían ser álamos, chopos, ¡o qué se yo! bailando al compás del pusilánime viento. PC

Hola "tio normal". Este mensaje necesita más tiempo para contestar del que tengo ahora. Ya vendrán tiempos mejores para la lírica... Hoy corre el agua un poco turbia.
De todos modos, agradezco mucho ese cariño que sabes, correspondo y esas sensaciones escritas.

Un beso amigo.