Las secuelas del "cante", todo el mundo sabe cuales son; pero bueno, mereció la pena estar con gentes tan estupendas. Ya estoy, desde las 11,00 horas, en casa y con ganas de echarme una siestorra (hay que recuperar fuerzas para mañana). Por lo demás, una tarde-noche-madrugada muy ajetreada, donde hubo abundancia de comida, bebida, música, baile y, sobre todo, conversación; en fín, buen ambiente con buena gente. A todos los que estuvieron, agradecerles el rato que compartí con ellos/as -en especial, al amigo Peru, al que hacía tanto tiempo que no veía, Marijose y al resto de personas que no conocía-. Hubo hasta bonitos detalles; ¡que más se puede pedir!.