Me ha salido así, según te leí. Pues, se lo dedico a todos los que vieren y entendieren- que dijera aquél- Muy especialmente a Monseñor CALAMBÚ. El sabrá porqué. Saludos. PC... Buenos días tengáis.
EN NUESTRA ÚLTIMA CURVA DE LA 521
Al hilo de la sombría y melancólica tarde,
cuando llegamos del tiempo perdido;
allí, donde el corazón, ligero y húmedo,
palpita compulso y el alma se estremece,
junto al cartel equidistante de la nada.
Miramos a la diestra de dónde venimos
cuando no vamos, y vemos lo que soñamos.
Cuando los húmedos párpados nublaban
las mieles ante el fuego inmenso que
abrasó nuestros encinares, sin quemarlos.
Allí, en aquél lugar, desde la luna cercano,
donde al deseo dejamos pegados los labios,
desde la fugaz mirada que siempre robamos.
Allí, cuando más de una vez esperamos
que el ocaso viniera para tocar unas manos.
Sí, allí, donde tantos amores nacieron
y tantos otros al olvido se marcharon.
Como el divino tesoro, en perpetua ausencia,
que ahora mismo con impotencia masticamos.
Sí, allí, en nuestra última curva según llegamos.
La 521, donde tantos y tanto amamos.
PC
EN NUESTRA ÚLTIMA CURVA DE LA 521
Al hilo de la sombría y melancólica tarde,
cuando llegamos del tiempo perdido;
allí, donde el corazón, ligero y húmedo,
palpita compulso y el alma se estremece,
junto al cartel equidistante de la nada.
Miramos a la diestra de dónde venimos
cuando no vamos, y vemos lo que soñamos.
Cuando los húmedos párpados nublaban
las mieles ante el fuego inmenso que
abrasó nuestros encinares, sin quemarlos.
Allí, en aquél lugar, desde la luna cercano,
donde al deseo dejamos pegados los labios,
desde la fugaz mirada que siempre robamos.
Allí, cuando más de una vez esperamos
que el ocaso viniera para tocar unas manos.
Sí, allí, donde tantos amores nacieron
y tantos otros al olvido se marcharon.
Como el divino tesoro, en perpetua ausencia,
que ahora mismo con impotencia masticamos.
Sí, allí, en nuestra última curva según llegamos.
La 521, donde tantos y tanto amamos.
PC